La Fiscalía ha rebajado a siete años de prisión, frente a los ocho iniciales, la petición contra S.V.R., una mujer con "síndrome de Munchausen por poderes", coeficiente límite y trastorno de personalidad que provocó intencionadamente en 2012 que su hija de 15 meses enfermara.
En la segunda sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia este jueves, celebrado en la sección 20 de la Audiencia de Barcelona, la Fiscalía ha ajustado a 7 años la petición de cárcel por tentativa de asesinato, con una eximente incompleta por alteración psíquica y una atenuante por dilaciones indebidas, puesto que los hechos sucedieron hace una década.
S.V.R. está acusada de haber hecho ingerir a su hija y a través de una colostomía, un orificio en una parte del intestino grueso para que pudiera expulsar de forma temporal las heces, hasta 48 monedas -de 5 y 20 céntimos-.
La menor tuvo complicaciones tras sufrir una fístula al poco de nacer, en enero de 2011, en la zona del coxis que obligó a los médicos del Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat (Barcelona) a practicarle la colostomía.
La menor presentaba cuadros de mejoría tras las continuas intervenciones médicas, aunque luego volvía a empeorar sin una explicación concluyente a ojos clínicos, y como consecuencia de su afección también sufría vómitos y desnutrición.
Los sanitarios no entendían tantas complicaciones en la evolución de la niña, sin saber que presuntamente S.V.R. boicoteaba la curación de la víctima y que le había hecho ingerir monedas en un periodo indeterminado entre febrero y abril de 2012, algo que descubrieron cuando le hicieron una radiografía a la menor y vieron varios cuerpos extraños en el interior.
La madre fue diagnosticada después de los hechos -que reconoció ante los médicos y enfermeras que atendían a la menor cuando descubrieron las monedas- con "síndrome de Munchausen por poderes", una extraña dolencia psíquica que empuja a quien lo padece a simular o a hacer enfermar a la persona a la que cuida.
Plenamente consciente de los daños
En su informe final, la fiscal ha considerado acreditado que la mujer era plenamente consciente del daño que ocasionaba a la niña, pero su situación psiquiátrica hacía que tuviera alterada su voluntad, lo que justificaría la eximente incompleta.
La fiscal ha asegurado que S.V.F. buscaba "sentirse arropada" y que "su intención era prolongar su estancia en el hospital", aunque hacer ingerir monedas a la menor podría haber tenido consecuencias muy graves, bien por asfixia, en caso de que se hubiera atragantado, o bien por una sepsis o una peritonitis.
Durante la sesión de este jueves también han declarado los psiquiatras que atendieron a la madre y los forenses que la evaluaron, que han destacado que un síndrome de Munchausen implica tener la capacidad de discernir entre el bien y el mal, aunque la voluntad pueda quedar alterada.
En opinión de los forenses, su inteligencia límite tampoco la afectaría para entender la naturaleza de los hechos que había llevado a cabo, aunque una doctora ha subrayado que, bajo situaciones de conflictividad, las personas con este nivel intelectivo pueden tener problemas para gestionar el estrés.
Además, la mujer tenía antecedentes clínicos de ansiedad y depresión, a los que se sumó el diagnóstico posterior del Munchausen, y también del coeficiente límite y de trastornos adaptativos de la personalidad.
Por otra parte, la acusación particular ejercida por el padre de la víctima ha elevado a definitivas sus conclusiones, con una petición de 13 años de prisión por el mismo delito que Fiscalía, algo que también ha hecho la defensa de S.V.R., al solicitar la absolución y, alternativamente, una leve condena por lesiones.
En la primera sesión del juicio, celebrada este miércoles, la madre reconoció ante el tribunal que había hecho ingerir a la menor un número indeterminado de monedas, aunque manifestó que su objetivo con esta acción era hacer que su hija presentara una mejoría.