Greenpeace ha saltado este jueves al agua a bordo de dos kayaks en las inmediaciones del puerto de Bilbao con el objetivo de denunciar la presencia del gigantesco buque gasero 'Nikolái Urvántsev', procedente de Rusia, que está descargando su mercancía en la planta de regasificación de Bahía de Bizkaia Gas (BBG), en las inmediaciones del antepuerto de Bilbao, según ha informado la organización en un comunicado.
"Como ya hemos hecho en Alemania o Francia, además de condenar la invasión de Ucrania por el Gobierno de Putin y solidarizarnos con las millones de personas que están sufriendo sus consecuencias de forma directa, estamos desplegando varias pancartas para lanzar un mensaje muy claro: El gas financia la guerra", han destacado.
El navío que ahora se encuentra en Bizkaia zarpó de Siberia poco después del inicio de la invasión de Ucrania por parte de las tropas de Putin y está descargando unos 160.000 m3 de gas fósil. Esta operación periódica -recuerdan- es la entrada más común del gas ruso a la península."La solución ya llega tarde"
"Sabemos que la solución ya llega tarde: muchas de estas energías sucias han retrasado más y más la adopción de medidas urgentes que la ciencia llevaba reclamando desde hace décadas: renovables", han señalado además, haciendo referencia a la reunión que están manteniendo los Jefes de Estado en Versalles para buscar soluciones.
"Por la confusa propuesta filtrada ayer (por el miércoles) parece que va a pisar el acelerador de las renovables para no depender de energías sucias (sucias para el medio ambiente, para la democracia y para los derechos humanos)", reseñan. Sin embargo, al mismo tiempo consideran que "parece que no van a ser tan ambiciosos como para buscar una solución permanente a nuestra dependencia fósil, y se conformarían con cambiar de proveedor, buscando el gas y el petróleo en otros países".
En ese sentido, han dejado claro en su declaración que "no queremos que nuestros líderes tropiecen otra vez en la misma piedra, de energías sucias y falta de visión política. Otro tropiezo podría llevarnos al colapso climático y a nuevas guerras y más guerras por los recursos fósiles". Han concluido señalando que seguirán vigilantes para que esa transición, "además de urgente, sea justa. Y como siempre, lo haremos desde una perspectiva pacifista, el único camino que conocemos".