- “No me acuerdo, pero confieso. ¡Qué puedo decir!”. Con estas palabras el acusado de violar a una joven en Beasain, el 13 de julio de 2019, ha admitido los hechos, superado por la cantidad de indicios, restos de semen, huellas dactilares y señales de telefonía que le sitúan aquella noche en el piso de la víctima.

A preguntas de su abogado en la primera sesión del juicio por este caso que se celebra en la Audiencia de Gipuzkoa, el procesado, de 37 años, afirmó no recordar lo sucedido debido al alcohol que había tomado y a los efectos de una “nueva” droga que consumió aquel día, si bien no ha “podido negar” las abrumadoras pruebas en su contra recopiladas durante la minuciosa investigación realizada por la Ertzaintza y que posteriormente permitió vincularle con al menos otros cinco casos similares ocurridos en Gipuzkoa desde 2012.

Los hechos, que serán enjuiciados a lo largo de esta semana y la siguiente, ocurrieron de madrugada, cuando presuntamente el hombre abordó encapuchado a la víctima en el rellano de la escalera de su domicilio, la introdujo en el interior de la vivienda, la anestesió con cloroformo y la violó.

Hasta este lunes, el procesado, de nacionalidad rumana, no había ofrecido su versión de lo ocurrido si bien ayer, en un imperfecto castellano, admitió que no puede decir que no abusó de la chica, “confiando” en las pruebas obtenidas por la Policía y “lo que se ha hecho” durante la investigación.