Bilbao - Quien pase con su vehículo o se dé un paseo por el extrarradio del gigantesco alud de residuos y tierra desplomado el pasado 6 de febrero sobre la AP-8 y la N-634 verá unos potentes focos que alumbran las distintas zonas de trabajo balizadas sobre la montaña para localizar los cuerpos de Alberto Sololuce y Joaquín Beltrán, los trabajadores de Verter Recycling que fueron arrastrados cuando el vertedero se vino abajo. Esas torres de iluminación son decisivas para ganar ritmo en las tareas de estabilización del terreno sobre el que se acomete la incansable búsqueda de los operarios.

Desde que fueron encendidas el pasado lunes, el personal técnico y las máquinas trabajan sin descanso en un horario más amplio, entre las 6.00 y las 23.00 horas. De hecho, gracias a esta solución ha sido posible incorporar un nuevo turno de trabajo, un hecho que ha servido para reforzar las labores de estabilización de la zona media-alta del vertedero. El principal objetivo de esta medida, como otras logísticas y técnicas adoptadas desde que ocurrió la tragedia hace un mes, no es otro que garantizar la seguridad del operativo que realiza la búsqueda.

Así las cosas, tal y como resumió Pedro Anitua, director de Emergencias del Gobierno vasco, los operarios siguieron ayer con los trabajos en la zona de búsqueda B4 “y acondicionando la cancela que tiene que recibir los residuos que se extraen y criban en el operativo”. En ese lugar ya han sido extraídos más de 7.500 metros cúbicos de material. “En dos días se vaciará la zona B-3 de búsqueda, asociada a la parte superior del lugar donde se está construyendo” el muro de contención junto a la autopista, concretaron fuentes de la Comisión Técnica reunida en el Centro de Coordinación de Emergencias de Txurdinaga.

Además, ayer también estaba previsto extraer material de la zona de búsqueda B-2, “lo que contribuirá a cribar en torno a 80 metros cúbicos y localizar la arqueta de lixiviados que quedó sepultada en el derrumbe”, detalló Anitua. Según describió el director de Emergencias, también se trabaja “intensamente” en la construcción de la pista que permitirá extraer y cribar toda la zona de búsqueda B 1-3 a partir del lunes.

También continuaron los trabajos en la zona B4 con dos equipos, uno de ellos equipado con rastrillo. “Se ha incrementado el rendimiento con dicho útil y por tanto se está gestionando la presencia de un segundo”. Al parecer, Verter Recycling estaría en posesión de una herramienta de estas características. La otra opción puesta sobre la mesa por el personal técnico es encargar la fabricación de una nueva unidad de esas características, a la vista de los buenos resultados obtenidos durante las jornadas que ha sido empleado.

Asimismo, según confirmó Anitua, no se ha reactivado ningún fuego durante este periodo. “Desde el viernes se está trabajando en la explanación y estabilización de la base de la Zona 6, no pudiéndose seguir por la afección de las lluvias en la realización de una pista perimetral a media altura para garantizar el acceso de maquinaria pesada a la totalidad de su superficie. Por el mismo motivo no se ha iniciado tampoco el cubrimiento con material de la superficie de basura vista”, apostilló el director de Emergencias del Gobierno vasco.

Otro expediente más Precisamente ayer, el Gabinete de Urkullu tramitó un nuevo expediente a la firma Verter Recycling, independiente de los otros abiertos hasta la fecha: uno por las “desviaciones” detectadas en la inspección girada en 2019 y otro, por posible delito laboral y ambiental. Esta vez, la documentación a la que tuvo acceso DNA hace referencia a la responsabilidad medioambiental de la empresa y se le ordena que identifique los daños ocasionados a consecuencia del colapso del vertedero.

El Gobierno vasco exige el pago de los costes que asume en las tareas de estabilización del terreno y la búsqueda de Alberto Sololuce y Joaquín Beltrán, todas ellas asumidas y ejecutadas de forma subsidiaria por el Ejecutivo desde el primer instante “ante la inacción de la empresa”, resumieron fuentes cercanas al proceso. De hecho, el expediente establece un plazo de diez días para que Verter Recycling cumpla con los distintos requerimientos de la Administración vasca. Por ejemplo, que remita la información que tenga “para determinar la magnitud del daño ocasionado” como consecuencia del colapso del vertedero: cartografía y geología del terreno, foco de contaminación y agente causante del daño, “umbrales de toxicidad de las distintas sustancias para los recursos que pudieran verse afectados”... Y no solo eso. También se conmina a la empresa propietaria del vertedero a que “proceda a la determinación del carácter significativo del daño a fin de apreciar la existencia de daño ambiental” con la identificación del “agente causante del daño y de los recursos naturales y servicios afectados”.

Más allá de esta colección de intervenciones técnicas y administrativas encaminadas a localizar los cuerpos de los operarios sepultados, esclarecer lo ocurrido y pedir responsabilidades a la gestora, el propio lehendakari, Iñigo Urkullu, expresó ayer su respeto al dolor de las familias de los dos empleados de Verter Recycling. “En momento alguno he rehuido los posibles errores cometidos ante un hecho sobrevenido y en la gestión del mismo, pero he conocido y conozco de primera mano el compromiso de todas las personas representantes institucionales, así como la voluntad, el esfuerzo y la tenacidad con la que se está trabajando sobre el terreno y fuera de él, sin escatimar medios, para lograr, ¡ojalá que fuera cuanto antes!, la aparición de Alberto y Joaquín”.