Madrid - La elección del cardenal Juan José Omella al frente de la Conferencia Episcopal (CEE) abre una nueva etapa en la Iglesia marcada por su voluntad de diálogo y colaboración con el Gobierno, a quien, sin embargo, pidió que trate a esta institución con “dignidad y respeto”.

El arzobispo de Barcelona, de 73 años, era el candidato mejor posicionado para presidir la CEE -recibió 55 votos de los 87 emitidos- por la gran capacidad de diálogo y negociación que demostró en el conflicto catalán, durante el cual hizo numerosos llamamientos a la concordia, a construir puentes y a fomentar la convivencia.

Tras ser elegido, Omella volvió a mencionar su voluntad de interceder y subrayó que su función al frente de la CEE será la de “buscar siempre los caminos de crear puentes, convivencia y fraternidad”, especialmente en los temas más delicados.