Transparencia

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Las acusaciones de opacidad y de “construir verdades oficiales” como estos días han dicho EH Bildu o el PP, fueron respondidas con un dato: no habían pasado ni treinta horas desde el colapso del vertedero cuando desde el Gobierno Vasco se ofrecían públicamente todos los expedientes referidos a la empresa. Unas informaciones que, sin embargo, “han servido para que algunos empezaran a enredar por encima de las cuestiones de seguridad”, denunció el socialista José Antonio Pastor. Las inquietudes de la ciudadanía “han sido acrecentadas por medias informaciones, la acumulación de datos que poco tenían que ver con lo ocurrido y con alarmas infladas deliberadamente”, zanjó.

Histórico

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El aluvión de críticas, reproches y acusaciones tras la tragedia apadrinadas por sindicatos y partidos denunciando la gestión del vertedero de Zaldibar, la presencia de materiales tóxicos y cuestionando la voluntad del Gobierno contrasta sin embargo con la actividad parlamentaria sobre este asunto. Desde 2007, fecha en que se concedió la Autorización Ambiental Integrada al proyecto, ni una sola pregunta sobre este asunto en sede parlamentaria.

Análisis

720

Desde el día 10 está confirmada la ausencia de fibras de amianto y también que no hay lindano, como se había dicho en algunos foros. Eso sí, la detección de 720 femtogramos [milbillonésima parte del gramo] en un metro cúbico, fue empleada para justificar una alarma social.

Seguridad

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El técnico de intervención que llegó en primer lugar al acceso del vertedero registró que había un cartel que señalaba ‘Vertedero de residuos no peligrosos’ por lo que “en las primeras horas el operativo de búsqueda no tuvo conocimiento” de que también estaba autorizado para almacenar amianto. La advertencia llegó casi a medianoche por boca de un trabajador. Los equipos de seguridad empezaron a usarse “el mismo viernes” y desde esa jornada está presente en el lugar una empresa especializada en tratamiento de materiales con amianto. Se acordó que las medidas preventivas se aplicaran a todo el personal en un radio de 50 metros del desprendimiento. Y entre las medidas adoptadas, una que por desconocimiento fue denunciada públicamente: almacenar en bolsas plásticas la ropa empleada para su posterior limpieza por parte de una empresa especializada, precintar el material y los vehículos de rescate. “La concentración de amianto en los vehículos -describió Beltrán de Heredia- estaba muy por debajo de los límites”.

tiempo y espacio

4

Desde que a las 16.13 del pasado día 6 saltó la señal de alarma en Lehendakaritza, los equipos de emergencias y los cargos con responsabilidad -vascos, forales y locales- han estado al tanto de todo cuanto ocurría en el vertedero. En algunos casos de forma pública y en otros con discreción. Primero se actuó de forma urgente en la búsqueda de los dos trabajadores. Luego, la prioridad fue la seguridad de quienes trabajan en el rescate. A continuación se atendió la urgencia ambiental. Y la última fase que ha atravesado este operativo ha sido la de investigación. Cuatro actuaciones solapadas en el tiempo y sobre el terreno con los responsables directos.