SEVILLA- El profesor de investigación de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) José Antonio Donázar, experto internacional en aves necrófagas, ha rebatido en una entrevista con Efe la "barbaridad científica" que suponen los recurrentes "bulos" sobre supuestos ataques de buitres al ganado vivo.
Donázar, autor de más de cien estudios sobre aves carroñeras de varios continentes y director de una veintena de investigaciones sobre estas especies, muestra su "preocupación y cierta indignación" por las crecientes denuncias de ataques de buitres al ganado vivo, en especial las difundidas sin ningún rigor por las redes sociales.
"Un buitre no puede ser un predador, porque sus garras no están preparadas para agarrar una presa, como las águilas, y su pico y su cuello para lo que están preparados es para entrar en un animal ya muerto; morfológicamente no es posible que un buitre se comporte como un predador", enfatiza.
Para este científico tampoco es "creíble ni justificable, de ninguna manera", la "barbaridad ecológica de hablar de un cambio de comportamiento de los buitres" y sostener que habrían evolucionado de carroñeros a predadores porque, apostilla, "es como si afirmásemos que los hombres, en unos años, seremos capaces de correr a cien kilómetros por hora, cuando biológicamente no estamos preparados para ello".
Sí admite que "en alguna contada ocasión", algún buitre pueda comportarse "de forma oportunista" y "aprovechar un mal parto o un animal moribundo para comérselo, que no depredarlo; puede ocurrir, pero son y han sido siempre casos excepcionales".
Los "bulos" sobre ataques de buitres al ganado, se lamenta, son "como una serpiente de verano", pero ahora han resurgido "con mucha fuerza", sobre todo a través de las redes sociales "en las que cualquiera puede colar un vídeo y decir lo que le de la gana; y además, cuanto más bárbaro sea, más visitas tiene".
Donázar recuerda un reciente vídeo "lamentable" en el que un pastor aragonés denunciaba que los buitres habían matado a treinta de sus ovejas, lo que quedó desmentido posteriormente tras un análisis veterinario que comprobó que habían sido atacadas por perros asilvestrados.
"Pero luego no hubo un vídeo de este pastor diciendo: me he equivocado; su denuncia, que era un bluf, ha quedado ahí y la han visto miles de personas", critica Donázar, quien deplora que se consolide un mensaje falso, "porque los buitres, lo que le hicieron a este pastor fue un beneficio muy bueno al eliminarle los cadáveres de las ovejas muertas".
También alerta del peligro de que estos bulos debiliten la lucha contra el uso de venenos ilegales, precisamente una de las principales causas de muerte de las aves necrófagas.
Explica que estas denuncias han podido proliferar porque ahora los buitres "se acercan más a los pueblos y a los rebaños", después de que su poblaciones se hayan triplicado en los últimos años y "hayan perdido el miedo a los humanos", gracias a las medidas de protección legal de estas aves.
También influyen los cambios en la ganadería extensiva, que ya no es vigilada permanentemente en el campo porque ahora los pastores dejan mucho más tiempo solos a sus rebaños, vigilados por mastines o encerrados en cercados, lo que también favorece que los buitres se acerquen más al ganado.
"En esas condiciones es muy fácil que un animal accidentado o moribundo sea comido por los buitres y que el ganadero, cuando vuelva días después a ver al rebaño, interprete que lo han matado los buitres porque cuando dejó al animal estaba bien", explica.
Donázar lamenta que estos bulos oculten los "importantísimos" beneficios que aportan las aves necrógafas, que impiden la propagación de enfermedades al eliminar los cadáveres de reses terminales o muertas y, además, evitan la emisión de "una enorme cantidad" de gases de efecto invernadero que se producirían si se tuviesen que incinerar estos animales muertos, según ha determinado una reciente investigación de la Universidad Miguel Hernández, de Elche.
Recuerda que campañas similares sobre ataques de buitres al ganado "se desmontaron" hace unos años en Navarra, después de que el gobierno foral obligase a los ganaderos a pagar las costas de las comprobaciones veterinarias cuando se demostrase que la causa de la muerte era otra.
Este científico contrapone estos "bulos" con que España sea "el único país europeo" en el que se pueden contemplar a la vez las cuatro especies de buitres: el leonado o común, el negro, el alimoche y el quebrantahuesos, un potencial no sólo biológico sino también económico, pues atrae al cada vez más emergente turismo de naturaleza que, remarca, "es un turismo de calidad y de alta capacidad económica".