desde 2013, la Guardia Civil de Montaña ha realizado 31 rescates en espeleología, con un balance de dos espeleólogos fallecidos, 16 heridos y 35 ilesos que practicaban una actividad arriesgada. Precisamente por ello, debe ser planificada hasta el mas mínimo detalle para poder afrontar los imprevistos. Es el primer consejo que este servicio del instituto armado quiere ofrecer a quien desee adentrarse en una cavidad, tal y como señalan fuentes de esta unidad especializada en rescates en zonas de montaña y de difícil acceso.
Una labor que desde los años 60 -cuando empezaron a aumentar las actividades al aire libre de los españoles- realiza un servicio de la Guardia Civil gratuito, como cualquier otro de los que llevan a cabo las fuerzas de seguridad del Estado. Y es que, con motivo del reciente y feliz rescate de tres espeleólogas que se desorientaron en la cueva cántabra de Cueto-Coventosa, ha vuelto a surgir el debate de si este tipo de intervenciones de los servicios de emergencia debe cobrarse. Se suscitó porque el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, publicó un tuit tras el rescate: “¡Gran alegría! Pero atentos, no podemos estar todo el día gastando dinero público para aventureros/as. En Cantabria hay cuevas de todo tipo: con pinturas, para gente con silla de ruedas”, escribió.
Los datos facilitados por el servicio de Montaña reflejan que desde 2013 la Guardia Civil realizó 31 intervenciones de rescate en cuevas, de las que nueve fueron en ese mismo año, seis en 2014, otras tantas en 2015, cuatro al año siguiente, tres en 2017 y otras tres en 2018.
Fue en agosto de 2016 cuando se llevó a cabo uno de los rescates más significativos, recuerdan las fuentes. Cuatro días duró la intervención para rescatar a un espeleólogo francés accidentado en la sima El Bosquete, en el pirineo navarro. Allí se desplegaron 50 especialistas en montaña y componentes del espeleosocorro francés. Y es que la Guardia Civil cuenta con un servicio que le permite activar un operativo complejo en menos de 24 horas en cualquier punto de la Península y Baleares. Precisamente, en esa ocasión se utilizaron sistemas de microvoladuras para facilitar el paso de la camilla por zonas muy estrechas de la cueva, explican las fuentes, que recuerdan que desde 2007 la Guardia Civil cuenta con especialistas en montaña que son Técnicos en Microvoladuras de Espeleosocorro (Temes), instruidos por el Servicio de Desactivación de Explosivos del cuerpo.
No dejan de insistir los expertos en la necesidad de no explorar una cavidad sin antes planificarlo. Así, si la intención es adentrarse en una cueva ya explorada y abierta, es conveniente obtener su topografía, con especial atención a la hidrología dentro de la cavidad, su morfología y sus características técnicas. Hay que cerciorarse con la mayor fiabilidad posible del tiempo que va a hacer ese día y, sobre todo, si puede haber tormentas que añadan agua al curso hídrico de la cueva. Que nadie se introduzca sin haber revisado su equipo, aconseja la Guardia Civil, que recomienda llevar doble sistema de iluminación y repuestos, así como comida suficiente y algún alimento energético de asimilación rápida por si se sufre algún desvanecimiento. “No emprender una actividad para la que no estemos seguros de estar preparados”, advierten.