madrid - El Supremo ha condenado el “silencio cómplice” que sufren las víctimas de violencia machista por parte de su entorno, lo que las lleva a una situación de “soledad” ante la “falta de apoyo y ayudas” que, unida a la “presión” del círculo de agresor, actúan como “una losa” para denunciar.
Lo ha hecho en una sentencia en la que rebaja de 17 años y 9 meses de prisión a 16 años y 11 meses la condena que le impuso el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco a un hombre que agredió sexualmente a su pareja tras haberla maltratado en anteriores ocasiones, algo que la víctima ocultó previamente. El tribunal indica que “la falta de denuncia de hechos previos por la víctima no puede convertirse en dudas acerca de su credibilidad por su denuncia tardía”, cuando coexisten dos variantes como el silencio de familia y amigos así como la presión del círculo del agresor. La Audiencia de Bizkaia alertó de “la soledad y vulnerabilidad” de la mujer, que “en el momento en que sigue adelante con la denuncia, se queda sola y ve que sus paisanos cuestionan la credibilidad de la víctima. Ahora, el Supremo respalda a la Audiencia de Bizkaia por hacer notar la soledad en la que se encuentran muchas víctimas ante su propio entorno y el círculo del agresor. - Efe