madrid - El Ministerio de Sanidad está trabajando en un plan para potenciar el uso de genéricos en el Sistema Nacional de Salud (SNS), que ahora suponen el 43% del consumo total de medicamentos financiados y un 22% del gasto farmacéutico, 13 puntos por debajo del promedio de países como Alemania y Reino Unido. Son datos que figuran en el informe sobre el Gasto en medicamentos dispensados a través de receta médica de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que ofrece diferentes propuestas para reducir el gasto farmacéutico, cifrado en 70.000 millones de euros. En estos momentos, Sanidad está analizando las aportaciones realizadas al documento de genéricos por la Comisión Asesora para la Prestación Farmacéutica para, en su caso, incorporarlas, lo que se decidirá en el seno de la Comisión Permanente de Farmacia del SNS.
Esta comisión está integrada por el ministerio, las comunidades y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), según fuentes de Sanidad. La titular de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, anunció su intención de fomentar el uso de genéricos el pasado mes de octubre durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad, Consumo y Bienestar Social del Congreso, siguiendo la línea emprendida por su antecesora en el cargo, Carmen Montón.
diferencias EN LA PRESCRIPCIÓN ENTRE CCAA En estos momentos la ley permite al facultativo prescribir como considere oportuno, aunque la recomendación es por principio activo cuando existen genéricos. En ese caso, el médico puede poner en la receta solo el principio activo (ibuprofeno), el genérico (ibuprofeno de un determinado laboratorio) o ibuprofeno de marca.
Si se prescribe solo el principio activo, cuando el paciente lleva su receta a la farmacia, el farmacéutico le da uno de los que tenga entre sus existencias de los aproximadamente 40 ibuprofenos que hay en el mercado de distintos laboratorios. La AIReF señala en su informe la “gran heterogeneidad” que se da en la prescripción entre las diferentes comunidades autónomas y propone un protocolo de buenas prácticas para homogeneizar la forma de recetar.
Según han indicado fuentes de Farmaindustria, la prescripción por principio activo supone entre el 20 y el 40% de todas las recetas en las diferentes comunidades autónomas. No es así en Andalucía, donde desde 2002 la Junta lleva desarrollando una política activa, que ha logrado que las recetas por principio activo sean el 92% del total.
SUBASTAS PARA SELECCIONAR LOS MEDICAMENTOS Muy ligado a esta forma de recetar está el sistema de selección de medicamentos conocido como subasta, que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) puso en marcha en 2012 y que ahora el Gobierno del PP quiere suprimir. Para ello, se convoca un concurso público en el que pueden participar los laboratorios interesados que ofertan su medicamento con un determinado descuento. Para cada principio activo se selecciona el que represente el menor coste final para el SAS. De esta forma, la Junta se queda con el ahorro, sin que ello repercuta económicamente en el ciudadano, mientras que en el resto de España los descuentos los perciben los farmacéuticos. Cuando el paciente andaluz va a la farmacia con su receta por principio activo, el boticario le dará el del laboratorio que ha ganado la subasta. La AIReF propone la implantación a escala nacional de un sistema similar al andaluz para lograr una mayor eficiencia del sistema sanitario -ha puesto un ahorro de 155 millones de euros-. Pero esta institución reconoce que para que sea eficaz hay que avanzar en incentivar la prescripción por principio activo, en lo que el Ministerio de Sanidad está trabajando.
mejor precio con la compra centralizada El consejero andaluz de Salud, Jesús Aguirre, anunció que Andalucía abandonará la subasta de forma progresiva y se sumará a la compra centralizada del Ministerio de Sanidad, en el que participan la mayoría de las comunidades autónomas de forma voluntaria. Aunque el objetivo es la eficiencia, en la subasta se seleccionan los fármacos que venderán las farmacias y en la compra centralizada se adquieren de forma conjunta medicamentos y productos sanitarios para aprovisionar a los hospitales. En este último sistema, en marcha desde 2010, el ahorro llega en la mejora de las condiciones de compra por pedidos más grandes. En definitiva, el ministerio y las comunidades que lo deseen se unen para comprar mayor cantidad y obtener mejores precios. Los medicamentos que se adquieren de forma conjunta son antivirales, epoetinas, antirretrovirales, inmunodepresores, fármacos oncológicos y terapia ocular, al igual que productos sanitarios como gasas, vendas, tiras reactivas de glucosa, prótesis, marcapasos o desfibriladores. La compra centralizada ha ahorrado al SNS de 237 millones de euros desde su puesta en marcha, según datos de Sanidad. - Efe