Madrid - Las nuevas tecnologías y la movilidad sostenible centran actualmente el debate en el ámbito de la Seguridad Vial, pero hay una realidad que sigue siendo trágica: la siniestralidad en carretera. Actualmente pierden la vida en accidentes de tráfico cerca de 1,4 millones de personas en todo el mundo, y miles de víctimas son niños. Los accidentes de tráfico son ya la octava causa de mortalidad en el mundo, aunque eso sí, la primera que no es una enfermedad. No obstante, se sitúa en los primeros puestos en el grupo de edad más bajo.

Las enfermedades diarreicas, las enfermedades respiratorias y la meningitis son los únicos asesinos que acaban con más vidas que los coches entre los niños de 5 a 9 años. Pero los vehículos suben al tercer puesto cuando las víctimas tienen entre 10 y 14 años, situándose solo por detrás del SIDA y de las enfermedades diarreicas. Más alarmante es entre los 15 a 17 años, pues escala hasta convertirse en la primera causa de muerte. Y es que los vehículos matan más que la tuberculosis y la malaria.

Según datos de la OMS, unos 186.300 menores de 18 años mueren al año en todo el mundo por culpa de los siniestros viales. O lo que es lo mismo, más de 510 muertes al día o una cada 3 minutos. Pero no afecta del mismo modo en unos países que en otros.

“En países de renta baja y media se concentran el 92% de las muertes por accidentes de tráfico”, alerta en declaraciones a Europa Press Gwenaelle Lansaman, coordinadora de Rights of Way de Unicef y Abertis, proyecto que trabaja para prevenir los accidentes de tráfico en niños a escala mundial. Además, en los países pobres ocurren el 95% de accidentes de tráfico con víctimas niños.

De hecho, el ratio (muertes por 100.000 habitantes) de mortalidad actual en todo el mundo y de todas las edades es del 27,5 en países pobres, un riesgo más de 3 veces mayor que en los países ricos, donde el ratio está en el 8,3.

Otra de las diferencias entre países desarrollados y en vías de desarrollo es el tipo de usuario. En Europa, por ejemplo, las principales muertes de niños son viajeros de un vehículo, mientras que en Latinoamérica o Africa la mayor parte de niños que fallecen por un siniestro vial son peatones.

Para el portavoz de la Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVI), Antonio Lucas, estas diferencias se deben al poco acceso que tiene la población de países pobres a buenos vehículos, pero también a la falta de infraestructuras y la ausencia de todo un sistema en torno a la Seguridad Vial que, por el contrario, sí existe, por ejemplo, en los países occidentales.

“Es un problema que va a ir a más y el no acceso a mejores vehículos hace que la accidentalidad aumente”, advierte Lucas, que precisa que este problema se acentúa en países de Latinoamérica, por ejemplo, donde “se ve cómo cuatro niños van en una sola moto”. “La solución es complicada, porque es la única manera que tienen, en muchos casos, de ir al colegio, hay que promover un acceso igualitario a los vehículos”, incide.

En los últimos años, ha aumentado el número de fallecidos por accidentes viales en el mundo. De hecho, la OMS alerta de que la cifra global podría triplicarse hasta los 3,6 millones de fallecidos al año para el 2030. No obstante, las tasas de mortalidad en relación con el tamaño de la población mundial se han estabilizado en los últimos años, pues se han logrado avances en áreas importantes como la legislación, las normas de los vehículos y la mejora del acceso a la atención posterior al accidente. - Efe

35 menores muertos. Con una tasa de 3,9 muertos por 100.000 habitantes, el Estado español es uno de los países con menos siniestralidad vial del mundo. De las 1.830 personas que perdieron la vida en el último año, 35 fueron menores de edad. En toda Europa, fallecen al año alrededor de 700 niños por accidentes de tráfico.

Negligencia parental. En el Estado español, de los 35 niños que murieron en 2018, cinco no llevaban puesto ningún sistema de seguridad en el momento del accidente. xx