LA HAYA. Las víctimas, también menores, tenían entre 12 y 16 años y eran todas estudiantes del colegio de educación secundaria Lentiz Life College, situado en Schiedam, a unos cinco kilómetros del centro de Rotterdam.
Los abusos sexuales en grupo no tenían lugar en la propia escuela, sino en sótanos, parques y callejones de la zona oeste de Rotterdam, y algunas de las víctimas, calificadas como "vulnerables" por la Policía, han contraído Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), resultado de estas violaciones, puesto que los agresores no utilizaron protección.
Los sospechosos son miembros de un grupo callejero denominado Franselaan, nombre de una calle del vecindario donde residen, una pandilla está formada por menores que ya fueron acusados en 2016 de la violación y agresión a una mujer de 35 años en Schiedam.
La Policía, que subraya que la investigación sigue en marcha, no excluye más detenciones a lo largo de esta semana.
Según los medios holandeses, hay indicios de que alrededor de quince niñas han sido víctimas de violación en grupo por parte de los sospechosos, y de que algunas de ellas incluso fueron violadas en reiteradas ocasiones.
Las menores no acudían a denunciar, según la Policía, por vergüenza y por miedo a reencontrarse con sus agresores en el mismo barrio, pero fue una joven de 14 años la que acudió a una comisaría a contar lo que le había ocurrido, un testimonio que condujo a la apertura de una investigación más amplia que resultó en el descubrimiento de violaciones en serie en Rotterdam.