málaga - David Serrano, el dueño de la parcela de Totalán, Málaga, en la que se encuentra el pozo al que cayó Julen el día 13, cuyo cuerpo sin vida se halló el pasado sábado, declaró ayer ante la Guardia Civil -que tomó declaración a todas las personas que estaban en la parcela cuando ocurrió el suceso- que fue él quien puso dos ladrillos de hormigón encima del orificio, e insistió en que el pocero nunca selló la prospección después de hacerla.

“Decidimos ir a la parcela para hacer un arroz con mi esposa, mi hija, el primo de mi mujer, su esposa y el hijo de estos, Julen”, comenzó relatando el propietario del terreno. En su intervención, expuso que dijo al resto de familiares que él se encargaba de hacer la paella, por lo que ellos solo tenían que estar pendientes de los niños. A los tres cuartos de hora, escuchó al padre del pequeño gritar “Julen” y, cuando se asomó, observó cómo los dos bloques de hormigón que tapaban el pozo se habían desplazado y se veía el agujero, aunque él no escuchó al niño.

El hombre se fue con su pareja y su hija en un coche a pedir ayuda, y detuvo a varios vehículos para que avisaran a emergencias. Asimismo, sostuvo que el pocero nunca selló la perforación, que se realizó los días 17 y 18 de diciembre sin contrato escrito, solo con acuerdo verbal.

“No pedí licencia para el pozo, le encargué la obra a Antonio pensando que era un especialista, no sé qué documentación se necesita, ya que es algo que nunca he hecho”, explicó. Por su parte, Antonio Sánchez, el empresario que realizó el pozo, expuso que lleva “cuarenta años haciendo este trabajo” y que lo hace “siempre bien”, en alusión a que tapó el orificio con una piedra de 15 kilogramos, versión que aseguró que reiterará cuando declare ante el juez.

En cuanto a lo ocurrido, explicó que está desolado, porque “todo el mundo se ha acordado de la familia del niño”, pero a ellos les han “dejado abandonados”.

José Roselló y Vicky García, los padres de Julen, contaron, asimismo, su versión de los hechos ante la Guardia Civil. “Ni siquiera vi lo que pasó. Estaba llamando a mi trabajo cuando oí los gritos y vi que todos se iban al pozo. Me asomé a este y escuché llorar a mi hijo. Cuando dejé de oirlo llorar, empecé a gritar desesperada”, contó la madre, que no presenció la caída de su hijo, momento en el que se encontraba el padre.

“Estaba tirando unas ramas al fuego y vi cómo mi hijo corría por una zanja hacia la esquina donde estaba el pozo, a 10 o 15 metros de él. Salí corriendo para cogerlo, pero no llegué y vi cómo se cayó dentro. Le escuché llorar dentro del pozo, por lo que quité todas las piedras que había alrededor y llamé a mi hijo, al que estuve escuchando llorar durante 30 segundos, mientras le hablaba para tranquilizarle”, explicó Roselló a los investigadores, que aseguró que “había dos bloques de hormigón separados” junto al pozo, en cuyo medio quedaba el agujero. “Sabía que el pozo estaba allí. David me lo había dicho, así como que estaba tapado por los dos bloques”, aseguró.

“indignación” Respecto a las declaraciones del director de la Guardia Civil, Félix Azón, al señalar que la muerte de Julen pudo deberse a un homicidio imprudente, la Asociación Judicial Francisco de Vitoria mostró su “indignación” y pidió que se deje actuar a los jueces para que, “cuanto antes”, los familiares del menor puedan conocer lo sucedido.

De igual modo, desde la Asociación Judicial Francisco de Vitoria lamentaron que Azón diera en su comparecencia ante los medios de comunicación en Málaga “otros detalles de las diligencias policiales de investigación que se han practicado para el esclarecimiento de los hechos”, ante lo que el director de la Guardia Civil “incumple el deber de sigilo” al hacer pública “información relativa a detalles de las investigaciones declaradas secretas”. - Efe/E.P./D.N.