Bilbao - Hoy se cumple el quinto día consecutivo de la huelga en los colegios concertados, sin que se haya producido movimientos que permitan reconducir la negociación. Ni los hubo el fin de semana, ni ayer, ni se esperan a corto plazo. Es más, la situación está más enrevesada que nunca con un cruce de acusaciones y desmentidos sobre la posible intencionalidad política de la huelga. Y a ello se une la pretensión de Kristau Eskola de introducir en el conflicto su aspiración de que la futura ley vasca de educación reconozca el servicio público que prestan los centros concertados y que la financiación sea “adecuada al coste real” y no el incremento del 2,25% previsto por el Gobierno Vasco para aplicar en la concertada la subida salarial del profesorado de la pública.
No se puede decir que ayer fuera un día de actividad en los despachos y sí de declaraciones públicas que no ayudaron a acercar posturas en una huelga que fue seguida por el 14% del profesorado, según Kristau Eskola, y por el 60%, según los sindicatos. A primera hora de la mañana, la consejera de Educación, Cristina Uriarte, mostró sus dudas sobre la verdadera finalidad de la huelga. Según dijo, “ocho días de huelgas es excesivo y totalmente desproporcionado” si detrás hay solo reivindicaciones laborales y por ello se preguntó “cuál es el objetivo que hay realmente detrás” de ese conflicto. “Aquí el único perdedor es el alumno”, por lo que resulta “totalmente incomprensible” la convocatoria y que siga “la incomunicación” entre las dos partes.
A pesar de llamar a sindicatos y patronales a “retomar el diálogo”, la consejera expresó sus dudas respecto del papel que estaría jugando ELA en el mantenimiento del conflicto y mandó un mensaje a su portavoz: “En un sector tan sensible como la educación, no todo vale”. También reiteró su negativa a mediar aunque recordó que su Gabinete mantiene reuniones discretas con los agentes para avanzar en cuestiones no salariales, como la financiación, la recolocación del personal por el cierre de aulas o Educación Especial.
Los sindicatos no tardaron en reaccionar. ELA, Steilas, CCOO, LAB y UGT afirmaron que “comparten” la “preocupación” de las familias y negaron que su protesta tenga una finalidad encubierta. Los sindicatos criticaron que Uriarte haya “insinuado”, sin “ningún tipo de base”, que “detrás de estas huelgas puede haber un fin oculto”. Y en este sentido respondieron el “único objetivo” de la huelga es la “recuperación y mejora de las condiciones de trabajo”. - I.A.