granada - Un estudio liderado por la Universidad de Granada, junto a la de Paris Decartes y el hospital francés Enfants Malades, sostiene que el 90% de los tiques de la compra, aquellos en los que la tinta se borra con el paso del tiempo porque están elaborados con papel térmico, contienen bisfenol-A (BPA).
Este es un conocido disruptor endocrino que altera el equilibrio hormonal y conduce a enfermedades como malformaciones genitourinarias, infertilidad, obesidad y cáncer en órganos dependientes de las hormonas, como el de mama.
Dado que la actualidad, existe una gran preocupación sobre la exposición inadvertida de la población general al bisfenol-A, la industria ha buscado alternativas para la sustitución progresiva del BPA en muchas de sus aplicaciones, como en el papel térmico empleado en los recibos.
“Podemos reconocer este tipo de papel porque, si acercamos una fuente de calor se ennegrece de forma instantánea”, explica el catedrático de Medicina de la UGR Nicolás Olea, uno de los autores del trabajo. Así, una de estas opciones parece ser el empleo del bisfenol-S (BPS), que tiene una estructura molecular similar al BPA, pero con una introducción de un átomo de azufre en lugar de un carbono en su fórmula.
Los investigadores han analizado la presencia tanto de BPA como de BPS en los recibos de papel térmico usados de forma cotidiana, así como la actividad hormonal de los extractos de estos tiques. Para ello, estudiaron 112 de papel térmico procedentes de Brasil, España y Francia. “Para el usuario son fáciles de identificar, ya que se trata de esos recibos que pierden lo impreso con el tiempo y cuando vas a devolver los pantalones que te compraste, el dependiente te dice que no se ve nada”, explica Olea.
“Muchas veces lo único que encuentras es un fino polvo blanco que se desprende al sacarlos de la cartera o del monedero. El BPA es, precisamente, ese polvo blanco que te mancha los dedos”.
medidas en francia El estudio liderado por la UGR arrojó que más del 90% de los recibos recogidos en Brasil y en España tienen BPA, en los que la actividad biológica de carácter hormonal anti-androgénica está presente.
Sin embargo, solo la mitad de los recibos de Francia lo contienen, lo que confirma que el Gobierno francés tomó medidas desde 2014 para la reducción del compuesto en el papel térmico con vistas a proteger a la población.
“Lo malo es que la alternativa francesa parece ser el BPS, que lo hemos encontrado fundamentalmente en los recibos de ese país y rara vez en los españoles y brasileños. Lamentablemente, BPS es también un disruptor endocrino, con una mayor persistencia medioambiental y por tanto, no es una opción válida”, destaca el catedrático de la UGR.
A pesar de ello, los investigadores temen que su uso irá en aumento en los próximos años, ya que su regulación no es tan estricta como la que se ha establecido en torno al BPA. - E.P.