katowice (polonia) - La sombra del fracaso planeó ayer por la cumbre del clima (COP24) de Katowice (Polonia), donde la presidencia puso en marcha fórmulas para tratar de desbloquear las negociaciones sobre la letra pequeña del Acuerdo de París.

Los avances antes del cierre de la cumbre mañana viernes son mínimos y los conflictos -principalmente entre países industrializados y en vías de desarrollo- persisten en asuntos clave como la financiación, el aumento de los recortes de emisiones, la adaptación y el procedimiento para que cada país pueda mostrar sus logros.

El secretario general de la ONU, António Guterres, que ya participó en la apertura de la cumbre el 3 de diciembre, regresó a Katowice para advertir del riesgo de no lograr un acuerdo y para, a través de unos encuentros bilaterales, tratar de engrasar las negociaciones. “Perder esta oportunidad pondría en entredicho nuestra ultima buena oportunidad para detener el cambio climático. No solo sería inmoral, sería suicida”, afirmó ante el plenario de la cumbre.

Guterres calificó de “dramático” su llamamiento a la acción, porque “fracasar aquí en Katowice mandaría un mensaje desastroso” y porque “la ventana de oportunidad” para atajar el calentamiento global “se está cerrando”.

Así, instó a la comunidad internacional “a encontrar terreno común” que permita “mostrar al mundo” que los gobiernos y las instituciones multilaterales están “escuchando” a la ciudadanía y que les “importa” el cambio climático y sus consecuencias.

Además urgió a los representantes de los países a “cooperar”, a “acelerar y concluir el trabajo” y a “elevar la ambición en todos los frentes”, a pesar de que algunos compromisos supondrán “duras decisiones políticas”.

señales políticas Manuel Pulgar-Vidal, responsable de Prácticas Climáticas y Energéticas del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), valoró la “importante señal política” del regreso de Guterres a la COP24 y aseguró que la negociación está “en el momento de la verdad”.

El toque de atención a las delegaciones de los 197 países presentes en Katowice llegó poco después de que Michal Kurtyka, presidente de la COP24, diese un novedoso giro a las negociaciones para tratar de desatascarlas.

Pidió a una docena de ministros que, en parejas de nación desarrollada y economía en vías de desarrollo, actuasen de mediadores, centrándose cada una en uno de los asuntos aún no cerrados. Entre los ministros elegidos por la presidencia, junto a representantes de Egipto, Alemania, Sudáfrica, Noruega, Singapur, Islas Marshall, Finlandia, Gambia, Luxemburgo y Nueva Zelanda, se encuentran la titular española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y la de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt.

“La presidencia polaca ha llegado a la conclusión de que el trabajo técnico tiene poca capacidad de avanzar. Estamos a poco más de 48 horas del final de la COP y hay muchos temas abiertos que necesitan de la implicación política”, explicó Teresa Ribera.

El objetivo de esta nueva constelación, agregó la ministra española, es que los tándem “ayuden en los temas más conflictivos, complicados y abiertos” para “salir de Katowice con un acuerdo que culmine los deberes que nos dimos todos en el Acuerdo de París”.

El área de trabajo del tándem de España y Suráfrica es el de transparencia, esto es, cómo deben presentar los países sus avances en la lucha contra el cambio climático.

“Creo que vamos a llegar a un acuerdo porque no hay ningún elemento sustantivo en el que haya gran dificultad”, consideró Ribera, que reconoció no obstante que, al estar conectada con otros temas, algún país podría bloquear las negociaciones sobre transparencia “como elemento táctico”. Los otros temas encargados a los mediadores en la cumbre son la mitigación de los efectos del calentamiento global, el aumento progresivo de los recortes de emisiones, la adaptación, la cooperación multilateral y, por supuesto, el escollo de la financiación.- Efe

Ayudas a los países menos desarrollados. El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, el español Miguel Arias-Cañete, mostró sus preocupacón por la falta de consensos en la ecta final de la cumbre de Katowice y aseguró que “el mundo puede contar con que la Unión Europea” contribuirá a que se cumpla el compromiso de los países industrializados de poner anualmente 100.000 millones de dólares (unos 88.000 millones de euros)a disposición de las economías en vías de desarrollo para ayudarlas en la lucha contra el cambio climático.