CASTELLÓN. Según este amigo, existían denuncias previas por presuntas amenazas del hombre a su expareja y el supuesto parricida estaba "muy agobiado", ya que el juez le había embargado las cuentas porque no le pasaba la pensión al completo a su exmujer.

El amigo del presunto asesino ha relatado que la pareja se había separado hace apenas un año, tenían "muy mala relación" y vivía en domicilios muy cercanos.

Desde febrero, ha explicado, el hombre había comenzado a ingresar en la cuenta de su mujer solo 200 euros de los 400 que debía ingresar a su expareja en concepto de pensión por las dos menores.

El presunto asesino, de 48 años, trabajaba en el sector del azulejo pero estaba ahora una temporada en el paro, mientras que la madre de las menores es psicóloga en un centro educativo.

Otra vecina ha relatado que se ha asomado a las 5.45 horas a la ventana y ha visto a la policía alrededor del cuerpo del hombre, que se había precipitado desde un sexto piso y había quedado tendido junto a la puerta de una guardería.

La mujer ha observado cómo una mujer de unos 50 años ha reconocido el cadáver y seguidamente ha escuchado fuertes golpes que provenían del sexto piso, se han encendido todas las luces de la vivienda y se ha escuchado "un grito terrible" de mujer.

La muerte de estos dos menores eleva a 3 los niños asesinados por sus padres en lo que va de año, según la estadística de víctimas de violencia de género del Ministerio de Igualdad, tras la muerte el pasado 20 de abril de un niño de ocho años en la localidad de Balerma, en El Ejido (Almería).

En investigación están el caso de dos niños, de 3 y 5 años, muertos en La Orotava (Santa Cruz de Tenerife) el pasado 16 de julio, en un vivienda en la que aparecieron los cadáveres de un matrimonio y sus hijos.

Desde 2013 hasta el 18 de julio de este año son ya 25 los niños asesinados por violencia de género contra su madre en España, según la estadística sobre menores víctimas de violencia machista.

Precisamente esta semana es juzgado Marcos M., el parricida de Oza-Cesuras (A Coruña) que en mayo de 2017 golpeó con una pala a su hijo de once años hasta la muerte, y para el que se pide prisión permanente revisable por entender que la única finalidad del asesinato era causar el mayor daño posible a su mujer, la madre del pequeño, según la fiscalía.

El junio pasado se falló la primera condena a prisión permanente revisable para David Oubel, por el asesinato de sus hijas de 9 y 4 años con sierra radial; el conocido como parricida de Moraña (Pontevedra) cometió el crimen en julio de 2015, cuando las niñas cumplían el régimen de visitas acordado tras la separación del matrimonio.

En noviembre de 2014, J.I.B.A., de 55 años, se quitó la vida en San Juan de la Arena (Asturias) tras matar sus hijas, 9 y 7 años, el día que debía haberlas devuelto a su madre después de pasar la tarde con ellas.

Uno de los casos más mediáticos ocurrió en 2011 cuando José Bretón mató y quemó a sus dos hijos, Ruth y José, de 6 y 2 años, en Córdoba en una finca de la familia. Bretón fue condenado en 2013 a 40 años por el asesinato de los pequeños.