baiona - El juicio por los malos tratos a animales en el matadero de Zuberoa ha quedado visto para sentencia y el fallo se dará a conocer el próximo 29 de octubre en el Tribunal de Pau. En el juicio, celebrado esta semana en la capital bearnesa, la Fiscalía reclamó una pena de seis meses de prisión y una multa de 4.000 euros para el exdirector del matadero, una multa de 50.000 euros para el propio establecimiento y multas de entre 100 y 420 euros para los tres trabajadores acusados de malos tratos.
Escándalo “Se nota el grado de civilización de un pueblo en la forma en la que trata a sus animales”. La frase es de Gandhi y provoca numerosos interrogantes después de que el colectivo ecologista L214 publicara hace dos años un vídeo grabado de forma clandestina en el interior del matadero comarcal de Zuberoa y que mostraba imágenes de los malos tratos a los que tres trabajadores sometían a los animales. Las cámaras ocultas, colocadas en el lugar en el que sacrifican a los animales, mostraron corderos descuartizados vivos, animales recibiendo golpes... Incluso se veía a los empleados empezando el despiece de patas y de cabezas de animales que todavía no había sido sacrificados. El colectivo L214, que milita por la supresión de toda industria y todo consumo de productos animales, denunció los hechos ante la Justicia y las autoridades locales decidieron cerrar el matadero durante dos meses.
Falta de medios Durante las vistas, los acusados reconocieron que la escena del cordero descuartizado vivo fue un accidente, que las demás situaciones que captaron las cámaras no tendrían que haberse producido, que no podían actuar de otra forma en aquel momento y que no las repetirían. Estos tres agricultores de entre 21 y 34 años denunciaron la falta de medios técnicos y puestos de trabajo para completar los pedidos. Y señalaron que algunos días estaban solos para realizar el trabajo de tres personas, y además con la necesidad de actuar de forma muy rápida. En varias ocasiones se quejaron ante la dirección sin que ésta les hiciera caso alguno.
Desde el banquillo de los acusados el exdirector del matadero aseguró, por su parte, que nunca recibió quejas de los trabajadores, que siempre se respetó la legislación y que “no había disfunciones con el material en la empresa” que dirigió durante cuarenta años.
Numerosos agricultores de Iparralde se desplazaron hasta Pau para apoyar a los acusados. Ese fue el caso de Carmen Errandonea, de Sara, quien subrayó que los videos no fueron grabados en una época tranquila como el verano, sino en vísperas de Pascua que es cuando aumenta el consumo de cordero de forma espectacular.
Cambio de sociedad Más de 53.000 personas han firmado ya una petición que reclama el cierre definitivo del matadero de Maule. Los 14 colectivos que presentaron la demanda lamentaron que los servicios sanitarios franceses, que reconocieron “disfunciones”, no estuviesen sentados en el banquillo de los acusados. Según la portavoz de L214, Brigitte Gothiere, “la sociedad es responsable de la muerte cada año de mil millones de animales en Francia”. En un juicio muy mediático, las opiniones de los activistas por los derechos de los animales se contraponían a las declaraciones de los ganaderos.
Cuando estalló el escándalo, Dorothée Nabarra, ganadera en la localidad soletina de Lakarri, no pudo esconder su malestar. Aún así, dos años más tarde, ha acudido al juicio para apoyar a los trabajadores acusados ya que, a su juicio, han sido convertidos en chivos expiatorios. Durante una pausa, en un cara a cara con Gothiere, Nabarra no dudó en criticar su actitud, que calificó de “extremista”. Según la zuberotarra, “sin animales no hay agricultores. Son ellos los que cuidan el medio ambiente. Hay que conocer la realidad y no limitarse a ser un intelectual desconectado de la vida de las zonas rurales. Siempre se ha consumido carne y ahora estos ecologistas quieren prohibirlo y además imponernos su visión de los sociedad”.
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