Donostia - Tajante, pero convencido. Victoriano Etxabe deja la parroquia de Hondarribia. Sí, me voy. Mañana mismo -por hoy- se lo voy a comunicar al obispo Munilla. Me voy”. De este forma, confirmaba ayer el párroco su renuncia, que se produce apenas una semana después de una homilía en la que defendió la “paz y la convivencia” y lamentó el “deleznable espectáculo” ofrecido por los vecinos de la localidad durante la celebración del Alarde el pasado sábado en la calle Mayor, donde hubo insultos, gritos y empujones entre seguidores del Alarde Tradicional y del Alarde mixto de la compañía Jaizkibel, en la que desfilan hombres y mujeres.
Su posible marcha era un rumor muy extendido en la localidad costera guipuzcoana, pero el párroco no quiso confirmar este extremo hasta ayer mismo. Etxabe aseguró a este periódico que se va “en paz conmigo mismo. Ya he dicho lo que tenía que decir y ya está”. Aunque el párroco de Hondarribia no quiso precisar si su decisión responde a la polémica suscitada por sus declaraciones sobre el Alarde, tampoco lo negó y se limitó a defender su posición y sus palabras de los últimos días.
La polémica surgió durante la tradicional misa que cada 10 de septiembre se celebra en Hondarriba en honor a los caídos en el sitio que sufrió la ciudad en el año 1638, en presencia de las autoridades locales, entre ellas el alcalde, Txomin Sagarzazu, por lo que la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano se encontraba repleta de feligreses.
“Espectáculo deleznable” Etxabe, natural de Itziar y parroco de la iglesia, durante los últimos cuatro años, quiso enviar durante la homilía un mensaje de “paz y convivencia” a sus feligreses y llamó al entendimiento entre partidarios de unos y otros alardes. “Hondarribia no se merece esto. Aquello fue un espectáculo deleznable que el pueblo de Hondarribia no se merece, además de la imagen que exportamos y que no es real”, dijo durante su homilía. Además, quiso defender la “paz y la concordia” para la celebración del mismo el próximo año.
Sin embargo, una mujer se levantó y aprovechando el micrófono utilizado durante la homilía replicó al párroco que “las mujeres tenemos derecho a participar en la fiesta como queremos”. Fueron momentos de tensión según varios de los presentes al acto, ya que al parecer la feligresa se hizo con el micrófono sin la autorización del párroco. Este, no obstante, niega que zarandease a la mujer como algunos señalaron.
Muchos asistentes se mostraron sorprendidos por las palabras del titular de la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano, entre ellos el propio alcalde, Txomin Sagarzazu, que asistía a la misa acompañado por el resto de la corporación municipal de Hondarribia. Etxabe reconoce, sin embargo, que hubo algunas personas que alabaron su valentía y que lo felicitaron por el gesto.