barcelona - La abundante publicidad que reciben los menores españoles de campañas publicitarias de alimentos con elevadas cantidades de azúcar es uno de los factores que provocan sobrepeso en los menores, según aseguran los profesores de la Universitat Oberta de Cataluña Mireia Montaña y José Ramón Ubieto -autor de Niñ@sHiper: infancias hiperactivas, hipersexualizadas e hiperconectadas-, ya que la obesidad infantil es una “suma de factores”, entre los que destaca la tendencia a consumir productos no saludables por la forma “sistemática, atractiva y persuasiva” en que se les presenta.

Los estudiosos, que dicen que la franja de edad de 12 a 17 años es el periodo más importante de consumo de publicidad en menores, advierten que otro factor es la correlación entre el consumo masivo de televisión e internet por parte de los jóvenes y la actividad sedentaria que conlleva, “que conduce al sobrepeso por falta de actividad física”. De este modo, los menores españoles reciben el impacto de casi 9.000 anuncios anuales a través de la televisión.

Asimismo, el ensayo El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores también advierte de esto, por lo que se genera una relación entre la exposición a la publicidad y el refuerzo de deseos de productos de marca, productos anunciados y la voluntad de poseer cada vez más cosas.

medidas Profesor de Psicología, para Ubierto las maneras de abordar esta situación “no se resuelven únicamente con una regulación”, sino que es necesario que se aborde el tema desde tres perspectivas distintas. “La primera de ellas es desde el Estado, a través de las administraciones sanitarias y la regulación de la publicidad, un segundo ámbito de actuación es a través de los padres, tutores legales y escuelas, y por último, los propios afectados”, dice el experto.

En el caso de los adultos, aboga por la supervisión, ya que lo mejor es “cuidarse uno mismo”, también en el caso de los menores, por lo que la educación es el “arma principal” para fomentar su espíritu crítico y que el discurso publicitario no sea “tan permeable” para ellos. - Efe