MADRID. En el verano se dan varias circunstancias que hacen que los "animalillos" puedan provocar más estragos: estamos más en la calle, con menos ropa y hay ciertas especies de insectos que tienen su ciclo vital durante esta época, con lo que las picaduras son más frecuentes en esta época.
Es el caso de los mosquitos, pero sobre todo de las abejas y las avispas. Si nos pican estos insectos, ¿qué debemos hacer? pues tal y como explica a Efe el responsable del Programa de Servicios Preventivos de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja, Carlos Urkía, hay que calmar el dolor y disminuir la inflamación.
Para ello, hay que aplicar frío con un compresa escurrida o hielo envuelto y es conveniente lavar la zona con agua y jabón.
Urkía hace hincapié en lo que no hay que hacer ante estas picaduras y que están en ocasiones muy instauradas en la sociedad: No hay que utilizar amoniaco, ni alcohol porque al principio van bien para reducir la hinchazón pero hacen que el dolor aumente al penetrar en la minúscula herida que ha provocado la picadura.
"Tampoco hay que utilizar saliva, barro o cualquier otro producto casero para evitar una posible infección", destaca el experto de Cruz Roja.
Obviamente, no todas las picaduras se tratan igual. Las de las medusas, que son otro de los enemigos a temer cuando se va a la playa, hay que lavarlas con agua de mar, nunca con agua dulce, porque agravaría el dolor, según subraya a Efe la dermatóloga Rosa Taberner, del hospital Son Llàtzer de Palma de Mallorca.
Se recomienda también aplicar frío, pero si lo único que tenemos a mano es hielo, no hay que ponerlo directamente sobre la piel porque sería agua dulce, con lo que sería contraproducente.
"En estos casos el vinagre con agua también puede ser un aliado porque el ácido acético es antiinflamatorio y puede ayudar a aliviar de forma inmediata", indica Taberner, quien también es miembro de la miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Ante todo no hay que perder la calma, recalca el experto de Cruz Roja, y si el dolor por la picadura de la medusa es tan intenso que bloquea a la personas cuando aún se encuentra dentro del mar, hay que pedir ayuda a los socorristas o a la que gente que esté cerca para que ayuden a salir del agua.
El frío debe aplicarse durante unos 15 minutos y hay que extraer los posibles restos que estén adheridos a la piel, siempre con la ayuda de unos guantes. "Hay que raspar cuidadosamente la zona, con, por ejemplo, una tarjeta de crédito", añade Urkía.
Si se ha tenido la mala suerte de pisar un erizo de mar -habituales, sobre todo en fondos rocosos- y las espinas se quedan clavadas en la piel, lo mejor es no tocarlas para evitar que se rompan y acudir al puesto de socorro más próximo o a un centro de salud.
Los peces venenosos como la escórpora o el pez araña o las arañas de mar suelen estar semienterrados en la arena, en las aguas poco profundas, y si se pisan, el dolor es muy intenso y puede ir acompañado de náuseas, vómitos o mareo.
Urkía indica que en estos casos se debe sumergir la zona afectada en agua caliente -en torno a los 45 grados es lo ideal- o "aproximar con cuidado durante varios minutos la punta de un cigarrillo encendido a la zona de la picadura, ya que las toxinas son termolábiles, es decir, se destruyen con el calor".
Cuando el dolor haya remitido, hay que limpiar la herida con agua y jabón con un antiséptico.
Las alergias a las picaduras de insectos son casos más graves y en el caso de que sean varias las picaduras y aparezcan vesículas de color rojo en la piel, picor generalizado, malestar general o vómitos, hay que acudir a un servicio de urgencias, advierte Urkía.
En este sentido, Taberner, señala a Efe que las alergias a las picaduras se caracterizan por la inmediatez, es decir, los efectos se desencadenan con mucha rapidez.
"Ante los primeros síntomas, como mareos, vómitos y malestar general, hay que llamar al 061 porque se puede hinchar la vía respiratoria, producir un edema lo suficientemente importante para provocar asfixia", señala Taberner.