Vitoria - La entrada, masiva y violenta, de más de 600 inmigrantes que ayer saltaron la valla fronteriza de Ceuta ha sido vista como una evidencia clara del incremento de la presión migratoria en el sur de la península y en ambas orillas del Estrecho de Gibraltar. El salto de ayer se saldó con 22 miembros de la Guardia Civil y 132 subsaharianos heridos.

Según datos del Ministerio del Interior, al menos 1.173 personas han entrado de manera irregular por vía terrestre a Ceuta en lo que va de 2018, sumados los 602 migrantes indocumentados de origen subsahariano que ayer consiguieron acceder irregularmente a la ciudad autónoma. A esta cifra hay que sumar la de los miles de inmigrantes que desde que comenzó el verano han cruzado el Estrecho en embarcaciones precarias y han sido rescatadas y trasladadas a CETIs y otras instalaciones provisionales en varios puntos de Andalucía. De hecho, la continua llegada de migrantes, que también se dio ayer, hace que todos los servicios de acogida, identificación y estancia estén desbordados.

Y aunque muchos de los que llegan al sur luego prosiguen su viaje hacia el norte de la península u otros destinos europeos, los servicios no se desatascan porque, en la últimas semanas, son cerca de una media de 400 inmigrantes nuevos los que llegan a las costas andaluzas diariamente.

La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Magdalena Valerio, reconoció ayer que los dispositivos de acogida a inmigrantes se han visto “desbordados” y detalló que se trabaja en un plan de choque para reforzarlos y para ayudar a las ONG que trabajan sobre el terreno.

Más violencia En cuanto a lo ocurrido ayer en Ceuta, fuentes de la Guardia Civil destacaron la violencia empleada por los inmigrantes en el asalto masivo en el que usaron, además de cizallas, palos y objetos cortantes, cal viva, lo que provocó que 22 guardias civiles resultaran heridos y cuatro de ellos trasladados al hospital.

En un comunicado, la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) denunció que los inmigrantes “han rociado con cal viva, excrementos y orín” a los agentes y que 22 fueron atendidos por “quemaduras químicas, ojos inflamados, contusiones y trastornos respiratorios”. Según Cruz Roja, de los 11 inmigrantes trasladados al hospital, siete fueron por cortes importantes, tres por fracturas óseas y uno por luxación.