vitoria - La raza y la procedencia de las personas están detrás de la mayoría de los delitos de odio que se registran en Euskadi, donde la peor parte de estos incidentes que tienen su raíz en los prejuicios y la discriminación se la llevan los árabes y los negros. Ambos colectivos han sido las víctimas de más de la mitad de los delitos de racismo y xenofobia que se produjeron en la Comunidad Autónoma Vasca en 2017 y 2016, entre los que destacan las actuaciones islamofóbicas, mientras que la población de etnia gitana es el tercer colectivo que más sufre estas acciones.
Durante la presentación ayer en la Comisión de Instituciones, Seguridad y Gobernanza Pública del Parlamento Vasco del Informe de Incidentes de Odio de Euskadi 2017 también se puso de manifiesto el elevado número de este tipo de delitos en relación con la población vasca, ya que mientras los habitantes de la CAV suponen el 4,7% del total estatal, la cifra de delitos de odio cometidos son el 11,48% de todo el Estado. El director de la Cátedra de Derechos Humanos y Poderes Públicos de UPV/EHU, Jon Mirena Landa, justificó esta elevada prevalencia en el hecho de que contamos con “un mejor sistema de detección de los incidentes” y “no a que haya más incidentes de odio en el País Vasco”.
La consejera de Seguridad del Gobierno Vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, que compareció en la Comisión junto al responsable del informe, destacó que la Ertzaintza cuenta desde 2013 con un procedimiento de actuación ante los delitos de odio, recogidos en una instrucción policial que articula el sistema de recogida de datos sobre actos violentos motivados por odio o discriminación para contabilizar las denuncias, efectuar un seguimiento de las mismas, obtener información de las sentencias que se obtengan y elaborar los posibles planes de prevención y lucha.
La consejera explicó que la Ertzaintza también indaga en otro tipo de delitos por si pudieran entrar en la categoría de odio y para que estos afloren mediante la investigación. Beltrán de Heredia reconoció que el análisis de este tipo de hechos es complejo dado que en ocasiones el derecho a la libertad de expresión entra en colisión con un probable incidente de odio.
Por su parte, Jon Mirena Landa, presentó el contenido del informe -elaborado a iniciativa del Gobierno Vasco-, que abarca tres grupos generales de acciones delictivas referidas a cuestiones étnicas, sexuales y al resto de colectivos. Tras reconocer que no está claro “sobre quién hay que aplicar la legislación de delitos de odio”, Landa indicó que el número total de incidentes registrados en Euskadi durante 2016 ascendió a 146, de los que 124 fueron potencialmente delictivos y 22 infracciones administrativas. Por lo que respecta al año 2017, se produjeron “cifras similares” de tal forma que la Ertzaintza fue conocedora de 143 incidentes de odio de los que 129 fueron delitos y 14 infracciones administrativas, lo que apunta a una “estabilidad en la tendencia”.
la “cifra negra” En relación a la comparativa con el resto del Estado y las causas para esa mayor proporción de incidentes respecto al volumen de población, apuntó que “quizás aquí hay más capacidad desvelando la cifra negra, ya que en un fenómeno tan novedoso como este seguro que hay cifra negra. No necesariamente el que haya datos mayores significa que crece sino que se está visibilizando”, explicó.
Tras incidir en que, muchas veces se interpretan como delitos algunos casos que no lo son, lo que “aumenta la alarma”, Landa detalló que Bizkaia es el territorio con más casos “de forma manifiesta” tanto en términos absolutos como relativos -en proporción a su población-, destacando los municipios de Bilbao y Barakaldo.
Alrededor del 55% de los delitos de odio se centran en los relacionados con el racismo, mientras que el 25% corresponde a los relativos a la orientación sexual, dirigidos básicamente contra hombres homosexuales, mientras un 13% son por orientación política e ideología. Del total de delitos registrados el pasado año, por los que fueron inculpadas 126 personas, 88 se detectaron en Bizkaia, 31 en Gipuzkoa y 10 en Araba. Un total de 71 fueron por racismo; 32 por orientación sexual, 16 por orientación política; 7 por creencias religiosas, 2 por discapacidad y 1 por aporofobia.
Los incidentes delictivos que conllevaron lesiones, daños, o robos con violencia representan en torno al 35% del total y los relativos violencia verbal, que se manifiesta a través de amenazas, coacciones, injurias y tratos degradantes, suponen alrededor del 60%. Pese a estos datos, Landa consideró que no se deben “encender alarmas”, sino que lo que hay que hacer es asumir esta realidad y conocerla para articular políticas.
En referencia a los delitos étnicos y xenófobos, Landa indicó ayer que el colectivo “protegido diana que empieza a aparecer” es el formado por personas de origen árabe y las de raza negra, tanto durante 2016 como 2017, ya que estas personas sufren casi del 50% de este tipo de delitos.
Aunque durante los últimos años se ha apreciado un claro incremento de este tipo de delitos, Landa incidió en que el mapa de colectivos y grupos sitúa a Euskadi al “nivel de sociedades de nuestro entorno”.
En 2016. Se produjeron en la CAV 146 incidentes de odio: 124 delitos y 22 infracciones administrativas. Por ellos fueron inculpadas 88 personas. De las 124 denuncias delictivas, 97 ocurrieron en Bizkaia, 15 en Gipuzkoa y 12 en Araba y del total 68 fueron por racismo y xenofobia, 31 por orientación o identidad sexual; 17 por orientación ideológica; 3 por creencias o prácticas religiosas; 3 por discapacidad y 2 por aporofobia (odio al indigente).
En 2017. Hubo 143 incidentes, de los que 129 fueron delitos y 14 infracciones administrativas. Del total de delitos, por los que fueron inculpadas 126 personas, 88 se detectaron en Bizkaia, 31 en Gipuzkoa y 10 en Araba. Un total de 71 fueron por racismo; 32 por orientación sexual, 16 por orientación política; 7 por creencias religiosas, 2 por discapacidad y 1 por aporofobia.
Los delitos de odio están recogidos de forma específica en el Código Penal para castigar situaciones discriminatorias por motivos de género, orientación sexual, ideología, religión, nacionalidad, enfermedad, discapacidad u otras causas.