DONOSTIA. Estos hechos, que están siendo enjuiciados en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, sucedieron la tarde del 14 de noviembre de 2011, cuando se declaró un incendio en el piso en el que residía la procesada, que obligó a desalojar a todos los vecinos del inmueble y a intervenir a los bomberos y a distintos cuerpos de seguridad.
Dos agentes de la Guardia Urbana donostiarra que hicieron una inspección ocular e investigaron el suceso han testificado hoy en la segunda sesión de la vista oral por estos hechos, durante la que han explicado cómo al día siguiente del fuego acudieron a la vivienda y comprobaron, entre otros aspectos, que las llamas se habían iniciado en el suelo del salón del domicilio, donde apreciaron las manchas que había dejado algún tipo de líquido "inflamable" que fue usado a modo de "acelerador".
Los policías no han podido precisar cuál fue la sustancia empleada, aunque han aclarado que pudo tratarse de alcohol, aguarrás o algún otro líquido inflamable, al tiempo que han explicado que en el lugar donde comenzó el fuego no existe ninguna fuente de calor, por lo que éste tuvo que iniciarse de manera intencionada.
Los agentes han descartado de esta manera que el incendio se produjera por alguna "imprudencia" o "accidente" e incluso un "cortocircuito" y han insistido en que se trató de un fuego de "desarrollo rápido" que no tardó más de diez minutos o un cuarto de hora en tomar cierta dimensión.
Han precisado asimismo que el "riesgo" de propagación de las llamas era "alto" por las características del edificio, cuya estructura era de madera.
El testimonio de estos agentes contrasta con las sospechas de que el fuego fue fruto de un cortocircuito expresadas por la acusada el pasado jueves en la primera jornada del juicio, cuando negó tener cualquier vinculación con los hechos ya que, cuando ocurrieron, ella no estaba en casa, sino en la calle, acompañada por una amiga que, en la vista de hoy, ha corroborado su coartada.
Además de esta amiga de la procesada, en la sesión celebrada esta mañana, han declarado varios vecinos del inmueble afectado, algunos de los cuales han recordado la existencia de una toma eléctrica ilegal desde una de las lámparas de la escalera hasta la vivienda afectada por las llamas y que había motivado "constantes" quejas en la comunidad aunque no han podido precisar cuánto tiempo llevaba hecho este empalme.
La Fiscalía de Gipuzkoa imputa a la encausada un delito de incendio por el que reclama seis años de cárcel para ella y que indemnice 72.617 euros a las compañías aseguradoras, así como a la comunidad de propietarios del inmueble con la cantidad que eventualmente se determine en el trámite de ejecución de la sentencia.
Según el Ministerio Público, la procesada tenía "varios conflictos" abiertos con la propietaria de la vivienda en la que estaba alquilada, a la que también debía "varias mensualidades de alquiler", por lo que iba ser desahuciada.
Los hechos en los que fundamenta su acusación ocurrieron sobre las 19.30 horas del 17 de noviembre de 2011, cuando, en opinión de la Fiscalía, la inculpada supuestamente "vertió alcohol en el suelo del salón u otro líquido inflamable que no ha podido ser determinado y, seguidamente, le prendió fuego" con la presunta intención de incendiar el piso "de forma deliberada".
"Tras ello -prosigue el escrito de la Fiscalía-, abandonó con rapidez el domicilio y se alejó del inmueble sin alertar en forma alguna del incendio que había provocado".