Bilbao - Hace pocos días, la Comisión Europea anunciaba el registro de la iniciativa ciudadana Somos una Europa acogedora, dejadnos ayudar. Un documento de trabajo en el que reclaman apoyo a las autoridades europeas para los grupos locales que se dedican a acoger y ayudar a refugiados, como la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak que ayer volvió a salir a la calle para denunciar las políticas migratorias europeas. Cientos de personas en las cuatro capitales de Hegoalde se sumaron a esta nueva convocatoria que se celebró bajo el lema No a la Europa fortaleza. Los Derechos Humanos no se negocian. Y es que, tal y como pusieron de manifiesto, la situación se ha agravado en los últimos años y el viejo continente “es más cárcel que nunca. El Mediterráneo es una gran fosa común, el desierto del Sáhara es otro cementerio de tumbas sin nombre, los campos de detención siguen llenos de personas cuyo único delito es buscar una vida que se les niega en sus tierras...”, subrayaban.

La iniciativa ciudadana elevada recientemente a la Comisión Europea cuenta con el plazo de un año para que los solicitantes recojan un millón de firmas de al menos siete países de la UE, necesarias para obligar a la Comisión a dar una respuesta argumentada -positiva o negativa- a la proposición en un plazo de tres meses. La propuesta, que cuenta con el apoyo de más de una veintena de organizaciones europeas, demanda que la Comisión Europea garantice “formas más efectivas” para defender a víctimas de “explotación, crimen y violación de derechos humanos” tanto en los Estados miembros como en sus fronteras.

En cualquier caso, en el acto celebrado ayer en las cuatro capitales de Hegoalde (y en una veintena de ciudades españolas) se recordó que en los últimos 17 años, 35.000 personas han perdido la vida en el Mediterráneo y, según la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), 2016 fue el año más mortífero con 5.000 personas ahogadas al tratar de alcanzar Europa, con una media de catorce personas cada día. “Estas muertes podrían haberse evitado si las personas hubiesen contado con vías legales y seguras en su trayecto para obtener protección”, indicaban.

Así las cosas, las plataformas ciudadanas de apoyo a personas refugiadas y migrantes denunciaron la actitud de la Unión Europea y otras administraciones, “más preocupadas por proteger sus fronteras y sus mercancías, de enriquecerse con el negocio de la guerra y las fronteras, que por proteger los derechos humanos”. Apuntaron que el Estado español ha acogido “un ridículo 15,67% de las 17.337 personas asignadas en su cuota, tan solo 2.716 personas en dos años: un porcentaje vergonzoso”, que lo coloca entre los países con un mayor grado de incumplimiento.

Entre las consignas que pudieron ser escuchadas en las distintas concentraciones organizadas, no faltaron las de Ningún ser humano es ilegal y No más víctimas en las fronteras. “La ciudadanía está en pie. No seremos cómplices. No a la Europa fortaleza”, enfatizaban. Desde la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak denunciaron que también en Euskal Herria “hay un muro de la vergüenza en el puerto de Santurtzi, así como personas migrantes en tránsito y no migrantes viviendo en las calles, personas con dificultad para empadronarse y acceder a derechos básicos, trata de personas y otras muchas tragedias cotidianas. Por lo tanto, también en Euskadi hay mucho que demandar y que atender”, apostillaron.