GASTEIZ. Así lo ha anunciado hoy el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Jonan Fernández, que ha comparecido en Gasteiz junto con la directora de Víctimas y Derechos Humanos, Monika Hernando, para hacer balance de las actuaciones del Gobierno Vasco en materia de acogida a refugiados en 2017 y presentar los objetivos para 2018.

Euskadi cuenta con 418 plazas para solicitantes de asilo y por ellas han pasado 1.297 personas desde el inicio de la crisis de refugiados, durante la cual se estima que más de 14.000 personas han muerto en el Mediterráneo.

De esas 1.297 personas, solo 167 procedían de reubicaciones (solicitantes procedentes de Grecia e Italia) y reasentamientos (procedentes de fuera de la UE, principalmente de Turquía y Líbano). El resto de plazas vascas fueron ocupadas por refugiados que llegaron a España por sus propios medios y solicitaron protección.

Por ello, entre otros motivos, el Gobierno vasco tiene una "visión crítica" con la manera en la que la Unión Europea y los estados miembros están gestionando esta crisis, ha señalado Fernández, quien ha constatado que el sistema actual de acogida "se ha visto superado por el aluvión de movimientos migratorios".

Pese a todo, ha añadido, la relación entre los dos ejecutivos es "fluida" y el Gobierno vasco ha apostado por una postura "propositiva" para llegar al objetivo "superior" de "buscar el bien" de los refugiados.

Fernández apuesta por ello por "seguir trabajando en las tres líneas abiertas" con el Gobierno español. El primero de esos ejes de actuación permitió poner en marcha en 2017 una experiencia piloto con 69 plazas en siete localidades vascas con la idea de mejorar los mecanismos de acogida e integración.

La idea, ha explicado, es "sacar conclusiones" de esta experiencia piloto -conocida con el nombre de Auzolana- y extrapolarlas al conjunto del sistema de acogida e integración de solicitantes de asilo.

El Gobierno vasco seguirá defendiendo además ante el central la creación de "corredores humanitarios" para abrir "vías de llegada seguras" a Europa y así "evitar los riesgos de cruzar el Mediterráneo". Por el momento el Ejecutivo de Rajoy no ha ofrecido una "respuesta positiva" a esta idea.

El Gobierno de Euskadi también respalda la aplicación en Europa de la experiencia canadiense de "patrocinios humanitarios" para refugiados, y con este objetivo seguirá trabajando con el Gobierno del PP.

Esta idea consiste en que cuando un refugiado llega a España y solicita asilo, inicia su proceso de acogida e integración bajo la responsabilidad de grupos de personas, entidades o asociaciones. Estas se encargan de buscar fondos para que el refugiado pueda vivir, además de buscarle una vivienda y ayudarlo en la búsqueda de un trabajo o en el aprendizaje del idioma.