Donostia. La ciudad de Donostia celebró ayer, entre incesantes sones de tambores y barriles, su fiesta grande, en la que se rindió un sentido homenaje a uno de sus más queridos héroes locales, el nadador paralímpico Richard Oribe, flamante y feliz Tambor de Oro 2018. Tras el nocturno pistoletazo de salida, los niños acapararon el protagonismo a partir del mediodía, cuando partió desde los jardines de Alderdi Eder la Tamborrada Infantil, que reunió a 4.995 escolares de 42 centros educativos y asociaciones, encuadrados en 49 compañías. -Efe