ESTRASBURGO. "Hay urgencia en actuar sobre los plásticos porque tienen consecuencias muy negativas no solo en el medioambiente sino también en nuestra salud", declaró en una entrevista el eurocomisario de Medioambiente, el maltés Karmenu Vella.

La iniciativa comunitaria fue presentada tras la reunión del colegio de comisarios celebrada en Estrasburgo y se centra en los plásticos de un solo uso, como envases o botellas, después de que se hayan prohibido en toda la UE que los supermercados ofrezcan gratuitamente bolsas de uso único.

El vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, recordó en la presentación de hoy que "cada segundo desaparecen 700 kilos de plástico en nuestros océanos" y que el 50 % del plástico de los envases acaban en las playas de la UE.

"Si no cambiamos de política, en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar", agregó Timmermans, quien presentó la iniciativa como parte del camino hacia "una economía en la que es rentable reciclar plásticos" porque el plástico no reciclado que se desperdicia cada año podría alcanzar un valor de más de 70.000 millones de euros.

La nueva estrategia comunitaria aboga, además, por mejorar la trazabilidad de los elementos químicos contenidos en los productos plásticos para facilitar su reciclaje, así como por implementar nuevas reglas armonizadas para la separación de esos deshechos, cuya tasa actual de reciclaje no alcanza el 30 %, lejos de otros materiales como el papel, el vidrio o el metal.

"Es verdad que no ha alcanzado aún esos niveles, pero el plástico es más complicado porque hay cientos de tipos diferentes" y "no puedes llegar a una única solución válida para todos, como sí se puede lograr con otros materiales", añadió Vella.

La Comisión Europea dedicará especial atención a los microplásticos (de entre 0,1 y 5.000 micras) porque son "un gran problema no solo para el ecosistema marino sino también para la salud de los ciudadanos", indicó Vella.

"La producción de microplásticos tiene un enorme impacto en nuestra salud pero no se nota tanto como la de otros productos plásticos porque no es tan visible. El problema es que el daño que hacen es, en muchas ocasiones, irreversible", agregó.

Algunas de esas partículas se generan con el uso de un producto, por ejemplo, las ruedas de un coche o el lavado de la ropa, mientras que otras se añaden intencionadamente en la cadena de producción, como en el de los cosméticos o de la pintura.

El Ejecutivo comunitario perseguirá que se eliminen los microplásticos agregados intencionadamente para modificar la textura de los productos y desarrollará medidas para que las depuradoras de agua puedan atrapar esos minúsculos residuos y evitar que terminen convertidos en polución marina.

"La estrategia de los plásticos es parte de una fotografía más amplia, que es la economía circular, nuestra aproximación hacia la nueva economía en la que todos los materiales se reciclan para una nueva producción", agregó Vella.

La nueva iniciativa de la Comisión Europea, que reúne y amplía varios proyectos en marcha, se ha dado a conocer justo después de que el pasado 1 de enero China limitase drásticamente las importaciones de desechos para ser tratados en su territorio.

Hasta ahora China había funcionado como la gran planta de reciclaje del planeta y en ese país se reciclaba en 2015 el 30 % del plástico utilizado en la UE.

"Creo que es una buena oportunidad para que incrementemos nuestras capacidades de producción en Europa", señaló Vella sobre el cambio de rumbo de China.

El sector del plástico aporta 1,5 millones de empleos a la UE y, según datos de la Asociación Europea de Productores Plásticos y de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, en 2014 se produjeron 25 millones de toneladas de desechos plásticos en la UE.

La nueva estrategia comunitaria llega una semana después de que el comisario europeo de Presupuestos, Günther Oettinger, abriera la puerta a que la UE instaurase un impuesto para reducir el uso de envases de plástico y, a la par, compensar parte del agujero presupuestario que el "brexit" hará en las cuentas de la Unión.

El titular comunitario de Medioambiente matizó que la propuesta de Oettinger ha servido para abrir "una discusión muy importante que hay que considerar", pero subrayó que ese eventual gravamen no está actualmente en los planes de la Comisión Europea.