Bilbao - “Las víctimas siempre quedan desprotegidas”, sentencia la presidenta de la asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella Ruiz, cuando se le pregunta por el caso de Ibon Urrengoetxea, en cuyo homicidio hay un menor implicado. “Las penas no son proporcionales al delito que cometen”, denuncia.
Dado que el suceso ocurrió de madrugada y había un chaval de 13 años presente, Ruiz considera oportuno hacer una reflexión sobre el hecho de que los menores de edad puedan andar, pasadas las doce de la noche, solos por la calle. Algo que está prohibido en otros países, como Francia, donde los adolescentes que son localizados de madrugada son recogidos y llevados a sus domicilios familiares, mientras que sus padres son multados. En caso de que dicho menor fuera detectado de nuevo en la calle pasada la medianoche, se contemplarían incluso “medidas más severas”, explica Ruiz, quien insta a tomar medidas similares.
En este sentido, la presidenta de Clara Campoamor se muestra partidaria de que los progenitores respondan por sus hijos y dice no entender por qué si los padres de los menores implicados en la kale borroka tienen que asumir los gastos de los desperfectos causados, los padres de un menor implicado en una muerte no asumen ninguna responsabilidad. “¿Qué pasa con la familia de Ibon Urrengoetxea? ¿Qué puede hacer si los menores de 14 años están tan protegidos que ni siquiera son juzgados?”, se pregunta y pide un endurecimiento de las penas, que considera escasas “cuando los menores cometen delitos de adultos”.
Preocupada por si los autores de delitos tan graves como un homicidio o una violación “van a reinsertarse o reincidir” en el futuro, Ruiz reitera su indignación porque “no se tiene suficientemente en cuenta lo que han hecho ni lo que pasa con las víctimas”. - Sandra Atutxa