Bilbao - Por el momento no podrá ver a sus padres, ni a sus amigos. Las visitas estarán restringidas. El menor de 13 años que ayer pasó a estar bajo la tutela de la Diputación Foral estará controlado por educadores en un piso en el que deberá cumplir unas normas y unos horarios. “A las nueve tendrá que estar para dormir”, concretó ayer su abogado. En declaraciones exclusivas a DNA, el letrado dijo que el menor tendrá una rutina controlada: irá por la mañana a clase y tendrá que someterse a un programa que le sirva para reconducir su conducta. Solo si la Diputación reconoce que está preparado para regresar al seno familiar devolverá la tutela a sus padres.
En relación a la muerte de Urren el 23 de diciembre, el abogado explica que el menor mintió a sus padres: “Les dijo que se iba a casa de su amigo Jon a jugar a la Play”. Sin embargo, aquella noche aprovechó para salir de juerga; a las 4.20 horas, por la calle Navarra, él y su amigo se encontraron con la víctima. “Está arrepentido, aunque no tenga una implicación directa con la muerte del hombre”, afirma a DNA el abogado que le ha defendido.
Describe a un chico que no concuerda con un pandillero.
-Yo no he dicho que sea un niño bueno. Lo que digo es que no deja de ser un niño de 13 años a quien sus capacidades cognitivas se le han alterado. Por eso, ahora la Diputación ha asumido su tutela para intentar reconducirlo.
¿Pertenece a la banda Ghetto family?
-Eso es falso. Son tonterías de niños que van de malotes. Este chico no pertenece a ninguna banda. Se juntaba con chavales mayores que él y quería ir de más mayor. Lo que hay aquí es un niño que quiere ir de grande.
¿Qué opinión le merecen los comentarios ofensivos que su defendido ha colgado en las redes sociales?
-Son mensajes dirigidos a la gente que se mete con él, ¿no?
No lo sé, pero si dice sentirse arrepetentido...
-Insisto. Hay que partir de que es un niño y es una manera de defenderse. Algunos lo hacen de una manera prudente y, otros, en cambio, lo hacen así. Yo creo que va con el carácter. Así lo entiendo.
¿Cuál ha sido el comportamiento del menor hasta su declaración en el juzgado de Menores?
-Se ha pasado todo el fin de semana sin salir de casa, durmiendo en la misma cama con sus padres. Tiene miedo. En mi despacho también se echó a llorar.
¿Y cómo fue la declaración ante el juez?
-No paró de llorar y en cuanto le preguntaron lo contó todo.
El 23 de diciembre, el menor se encontraba en la calle a altas horas de la madrugada. ¿Cómo se explica eso con 13 años?
-Mi defendido les dijo a sus padres que iba a pasar la noche a casa de un amigo.
¿Sus padres no sabían dónde estaba?
-Pensaban que estaba en casa de su amigo Jon jugando a la Play. No tenían por qué sospechar que no estaba ahí. De hecho, cuando mi defendido contó lo que había pasado fue la propia familia quien le dijo que debían de acudir al juzgado.
¿Cómo es su entorno familiar?
-Pertenece a una familia de clase media baja con estudios limitados. Tiene padres, hermanos...
¿Se abrazaron a ‘Urren’ para intentar robarle?
- Mi defendido, no.
¿Y el otro menor?
-Eso no le puedo decir.
Entre las pertenencias de Ibon Urrengoetxea no se halló su cartera.
-Los dos menores dicen que no se la robaron.
¿Pero, entonces, por qué le pararon a esas horas de la madrugada?
-Para pedirle mechero y tabaco.
¿Nada más?
-Según ha declarado mi defendido, ellos no quisieron robarle. De hecho, la víctima llevaba una importante cantidad de dinero en el bolsillo de la cazadora.
¿Considera que es adecuada la medida que ha tomado el juez de Menores de quitar la tutela a los padres y pasársela a la Diputación Foral de Bizkaia?
-Sí, porque es posible encauzar su conducta. Es muy difícil controlar a un chico así y creo que la mejor forma es con profesionales.