Pamplona - El profesor Ignacio López-Goñi ha obtenido el galardón por su actividad de difusión de la ciencia a través de nuevas tecnologías como blogs, Twitter, Facebook y YouTube.
Para divulgar la ciencia ¿qué es mejor un científico o un periodista que se interese por la divulgación?
-Las dos cosas, no me atrevería a inclinarme por uno o por otro. De lo que se trata es que la persona que lo haga sepa de lo que habla y tenga pasión por lo que cuenta. Eso lo puede hacer bien un periodista que se especialice en ciencia y también un científico con dotes de periodista.
¿Qué le movió a un biólogo como usted a abrir un blog de divulgación científica? ¿A qué se dedica?
-A los microbios. Durante mucho tiempo me especialicé en una enfermedad concreta: la brucelosis animal y humana. Llegó un momento en que sabía muchísimo de ese tema, pero poquísimo de otros. Cuando alguien me preguntaba por algo que no tenía que ver con la brucelosis no sabía responderle. Me había especializado tanto en algo tan concreto que acabé siendo un perfecto inútil.
¿Y fue lo que le hizo dedicar un tiempo a la semana a estudiar otros temas del mundo de la microbiología que no tuvieran nada que ver con la bacteria Brucella?
-Sí. Todo lo que leía buscando artículos interesantes, divulgativos fui plasmándolo en un blog. Y así nació MicroBio.
¿La ciencia que no se haga sin transmitir a la sociedad tiene futuro?
-Creo que no. La ciencia que no se cuenta, no cuenta. Hay que relatar la ciencia, sobre todo hoy en día en el que las encuestas indican que en los últimos años el interés de la población por la ciencia ha aumentado. Los datos reflejan que el 15% de la gente está interesada por cuestiones científicas y un porcentaje muy alto asegura que no le interesa porque no la entiende. Y si no la entiende, no le da valor; si no le da valor el ciudadano de la calle, tampoco el político. Tenemos que conseguir que se valore la ciencia y para eso hay que saber divulgarla de forma sencilla.
Observo en muchos blogs que se proponen auténticas aberraciones. ¿Cómo evitar eso?
-Es uno de los problemas de Internet. ¿Cómo ponerle puertas al campo? Es verdad que cuando publicas en una revista científica tienes una revisión, un filtro. Pero no sé cómo evitar lo que comentas. Lo que sí tengo claro es que algo sí puedo hacer.
¿Qué?
-Contribuir dentro de Internet a dar divulgación de la ciencia con rigor, de manera entretenida y asequible. Cada vez hay más científicos que lo hacen.
Por ejemplo, para evitar la automedicación por Internet ¿qué es más eficaz una consulta de un especialista o su blog?
-Mi blog no es de consulta médica. A los seguidores que me preguntan siempre les remito a su médico; es el facultativo en su consulta el que hace el diagnóstico y el tratamiento pertinente. Un blog, si está bien escrito y con criterio, para lo único que te sirve es para tener una idea general.
Usted es profesor de Microbiología y Virología en la Universidad de Navarra ¿Dónde se genera más interés en clase o en el blog?
-El blog genera más consultas que la clase. Tal vez porque en el aula cuesta más preguntar. Con el blog y con Twitter llegas a otro tipo de público y se presentan cuestiones o dudas interesantes.
Le han premiado en Asebio. ¿Cuál es el secreto de su blog?
-El premio Asebio es por toda la actividad en redes; no solo en el blog, sino también en Twitter, Facebook... Han premiado una comunicación en nuevos medios digitales principalmente por la actividad en Twitter.
¿Qué hace en Twitter?
-Unos auténticos cursos de Microbiología. Eso tiene una cierta originalidad y sorprende.
¿Tiene su reto?
-Sí. En realidad es como si tuviera que dar una clase y te dicen impártemela en treinta o cuarenta titulares periodísticos y en cada uno puedes añadir un vídeo, una imagen o un link. Todo eso recogido acaba siendo un volumen de información que puede ser una auténtica clase vía Twitter.
¿Tuitea todos los días?
-No. Se programa una vez a la semana y durante un periodo de cuatro o cinco semanas seguidas están los temas expuestos. Suelen ser divulgativos; vacunas, los movimientos antivacunas, los antibióticos...
Hay movimientos antivacunas muy poderosos, tratamientos estrambóticos que se ofrecen en la red contra el cáncer. ¿Qué hace usted para combatir esto?
-Como científico lo que tenemos que hacer es involucrarnos un poco en la divulgación. Si pones en YouTube el término antivacunas te salen cientos de miles de vídeos. El tema es estar ahí presentes y utilizar las mismas herramientas de las redes sociales: YouTube o blogs para difundir ciencia con rigor. Hay que estar alerta porque a veces determinados mensajes de este tipo los emiten personajes con cierta popularidad. En televisión, políticos y famosos hablan sin criterio de temas que no saben haciendo afirmaciones que pueden hacer mucho daño. A mí, no se me ocurriría comentar algo que desconozco. Por eso es importante el papel del científico-divulgador, que tenga un criterio basado en la ciencia.
¿Qué es más deseable, un comunicador en salud, saber mucha salud o comunicar bien?
-Las tres cosas. Estamos en la sociedad de la comunicación; lo que hay que hacer es comunicar bien. Nos pasa en la universidad cuando algún alumno nos dice que tal profesor sabe muchísimo, pero no comunica. Ser un buen científico no quiere decir que seas un buen docente. Puedes ser un magnifico docente y no comunicar. Si publico mis descubrimientos, pero lo hago en revistas especializadas no llegarán a la mayoría de la gente. Hay que comunicarlo al resto de la ciudadanía para que la sociedad, en general, se entere y la valore. La ciencia hay que contarla.