Cartografía el planeta durante las 24 horas. Entero y verdadero. De norte a sur y de este a oeste. Nada se le escapa al Sentinel-5P, un satélite de nueva generación puesto en órbita a mediados de octubre para vigilar la contaminación de la Tierra y cuyas primeras imágenes no son muy prometedoras. De hecho, las lecturas transmitidas si bien han demostrado la sofisticación del Sentinel-5P, también han puesto de manifiesto que la contaminación sigue siendo un problema mundial de primera magnitud. Por ejemplo, se confirma la alta presencia de monóxido de carbono en zonas de Asia, África y Sudamérica, y también una elevada capa de polución sobre la India derivada de sus centrales eléctricas.

En otro de ese muestrario de imágenes en alta definición también se comprueba la presencia de dióxido de nitrógeno sobre el continente europeo. Generado en gran medida por el tráfico rodado y la combustión de combustibles fósiles en procesos industriales, es posible apreciar altas concentraciones de este contaminante sobre amplias zonas de los Países Bajos, la cuenca del Ruhr en el oeste de Alemania, el valle del Po en Italia y sobre ciertas partes de la península.

“El gran logro es la resolución de las imágenes, la precisión y el detalle que se obtienen de estos datos. Realmente es polución full HD, si se compara con anteriores mediciones de resolución más baja”, afirmaba el director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA (Agencia Espacial Europea), Josef Aschbacher. “El espectrómetro de imágenes instalado en el satélite Sentinel-5P recogerá los datos sobre los diferentes gases que se encuentran en la atmósfera, entre ellos el dióxido de nitrógeno, el ozono, el monóxido de carbono, el metano, el formaldehído, el dióxido de azufre y los aerosoles, contaminantes que afectan al aire que respiramos y a nuestro clima”, ilustraba.

De lo científico a lo político El objetivo de esta nueva misión del programa europeo Copérnico de observación de la Tierra es ofrecer información sobre la calidad del aire en tiempo real, tres horas después de las mediciones. La información obtenida será utilizada para las predicciones de la calidad del aire y la toma de futuras decisiones relativas al cambio climático. También será de utilidad para el seguimiento de cenizas volcánicas que influyen en la seguridad de los aviones o para los servicios de alerta en altos niveles de radiación ultravioleta que pueden causar enfermedades de la piel.

Según este responsable de la ESA, “estamos pasando de un debate más científico a uno político, algo muy necesario e importante”. Aschbacher expresó su esperanza de que una vez estén disponibles todos esos datos (20 millones de mediciones al día, 640 gigabytes diarios), “los políticos sepan valorarlos y aprovechen la oportunidad que les brinda esta información para la correcta toma de decisiones” en la definición de acciones y políticas de mitigación.

“Se trata de un satélite que medirá los gases en el globo terrestre completo. Es un instrumento calibrado en todas sus piezas, por lo que será capaz de medir y comparar los niveles de contaminación de Europa con los de China o Estados Unidos”, explicaba por su parte la científica Pieternel Levelt, del equipo Sentinel-5P. Asimismo, los datos recogidos se pondrán a disposición de los científicos que los podrán utilizar para mejorar el conocimiento existente sobre los procesos relacionados con el clima o la capa de ozono.

Según datos de 2016 de la OMS, cada año se registran 6,5 millones de muertes prematuras en el mundo, el 11,6% de las cuales están relacionadas con la polución. En la Unión Europea, la contaminación del aire es la causante de 500.000 muertes prematuras, recordó Aschbacher. “Estas primeras imágenes, que ofrecen un sugerente adelanto de lo que está por venir, no solo constituyen un hito importante para la misión Sentinel-5P, sino también para Europa”, ilustraba.