bilbao - Con frecuencia, el cáncer oral es detectado por el dentista en un examen de rutina, tal y como corrobora Manuel Gómez, médico estomatólogo.
Ustedes, los dentistas, son uno de los mejores aliados en la prevención de este tipo de cáncer .
-Es que normalmente los pacientes vienen por otro tipo de problemas. Pero, a veces, si hacemos una buena exploración igual nos encontramos con la típica lesión blanca o roja, o la típica ulcera en el borde lateral de la lengua -a la que el paciente no le ha dado demasiada importancia-, que pueden ser una señal de alarma de cáncer oral.
Pues habitualmente se asocia solo el dentista a una caries, una endodoncia o un implante dental.
-Nosotros somos profesionales de la salud. Somos el primer filtro, el paciente llega y lo primero que hace es abrir la boca y tenemos que detectar con un buen diagnóstico este tipo de patologías que muchas veces el paciente ignora. Porque cuando se diagnostican tarde es cuando llega el problema porque son tumores que conllevan una gran mortalidad.
¿Se detectan a simple vista?
-Lo importante es realizar una exploración completa. En mi caso, como médico estomatólogo y debido a las altas incidencias de estos tumores en el País Vasco, cada vez las exploraciones son más exhaustivas y las preguntas a nuestros pacientes son más extensas. No solo exploramos la boca, también palpamos el cuello buscando alguna inflamación de ganglios o si el paciente refiere un sangrado anormal o un bulto en cualquier zona de su boca.
Parece un cáncer fácilmente detectable al localizarse en órganos tan visibles.
-Sí, pero demasiadas veces hay lesiones blancas o rojas, asintomáticas, úlceras traumáticas, líquenes atípicos... afecciones que el paciente no considera importantes y sin embargo son precancerosas y se pueden convertir en la antesala del cáncer. Y si son pacientes con factores de riesgo, bien por el excesivo consumo de tabaco o de alcohol, o por el VPH, exigen un diagnóstico rápido. Hay que hacer una biopsia de la zona y ver en qué grado está presente la proliferación anormal de células y en que estadio se encuentra. Por eso es muy importante educar y que el paciente tome conciencia.
Porque se trata de tumores especialmente agresivos.
-Por eso hay que hacer hincapié en la prevención y pedir a Osakidetza que lance más campañas. No para ser alarmista, pero sí para vigilar que no se dispare ese tasa de incidencia que ya duplica la media europea. Hay que abundar en que la población tiene que acudir a su dentista no solo por una caries, una endodoncia o para tratamientos estéticos sino para explorar su cavidad bucal y descartar problemas de este tipo.
¿Es una exploración sencilla?
-Explorarse la boca uno mismo es muy sencillo. Cuesta dos minutos y podemos evitar grandes males. No hay más que colarse frente a un espejo. Mírense bien los labios, observen su lengua, los bordes laterales, cualquier inflamación que pueda tener. Muevan la lengua de un lado a otro, examínense las mejillas por dentro, vigilen si tienen algún sangrado anormal, algún bulto en la cavidad oral, analicen el suelo de la boca... Se puede hacer delante del espejo. Es una exploración muy visible y es fácil educar en esta línea. Por eso hay que decir a la población que no espere hasta el último momento para ir al especialista.