IRUÑEA. Los hechos sucedieron en un local comercial de la comarca de Iruñea, donde el hombre se personó en caja con una pistola de pintar cuyo precio original de venta al público era de 649€. Sin embargo, el lector de códigos de barras interpretó que se trataba de una pistola eléctrica valorada en 39,95€, lo que levantó las sospechas del personal del establecimiento.

Finalmente, descubrieron que F.J.R.M. había sustituido el código de barras de la etiqueta del producto por otra pegatina que él mismo había elaborado, y que se correspondía con otro producto de valor muy inferior (la pistola eléctrica).

Él mismo reconoció de forma espontánea los hechos y además manifestó tener más hojas impresas con pegatinas de códigos de barras en su vehículo. Al parecer, ya había realizado con anterioridad la misma estafa en dos ocasiones: una de ellas con el mismo producto y otra con un generador eléctrico.

Por todo ello, fue detenido como presunto autor de un delito de estafa. Se ocupa de las diligencias el Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona.