SEVILLA. Asimismo, reclama que el empresario indemnice a la parlamentaria con 6.500 euros "por el perjuicio personal causado", una cifra que "se estima oportuna dada la aparente capacidad económica" del acusado, precisando que la "voluntad" de Teresa Rodríguez es donar íntegramente dicha cantidad a las asociaciones andaluzas de protección de víctimas de violencia de género.
Como prueba de cara al juicio, el abogado solicita la emisión de un informe pericial por parte de Miguel Lorente Acosta, exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, profesor titular de Medicina Legal de la Universidad de Granada, médico forense y especialista en medicina legal y forense.
LOS HECHOS
El objetivo, según expone el letrado de Teresa Rodríguez, es que emita un informe "en el que se analicen las imágenes grabadas de los hechos y se expliquen las conductas de las personas intervinientes, al objeto de esclarecer los patrones y motivos del comportamiento de naturaleza sexual y de humillación a través de dichos actos y concretar la verdadera intención y naturaleza de los mismos, por parte del acusado".
Pues bien, el abogado relata en este escrito consultado por Europa Press que los hechos tuvieron lugar el 20 de diciembre de 2016, cuando Teresa Rodríguez, "realizando las funciones derivadas de su responsabilidad como parlamentaria andaluza", acudió sobre las 13,00 horas a la sede de la Cámara de Comercio, donde se celebraba un acto presidido por la presidenta de la Junta, Susana Díaz.
El letrado añade que, sobre las 15,00 horas y cuando Teresa Rodríguez se disponía a marcharse, la jefa de Protocolo de la Cámara le dijo que el presidente de la institución le quería enseñar las instalaciones, de forma que, "aunque en un principio declinó dicha invitación, ante la insistencia y por respeto hacia la institución, y también en cumplimiento de sus responsabilidades políticas como diputada andaluza", aceptó hablar con Francisco Herrero "para darle las gracias por la invitación y excusarse por no poder aceptarla en ese momento".
"ÁNIMO LIBIDINOSO"
Según agrega, cuando Teresa Rodríguez subió a la primera planta, el presidente de la Cámara salió a recibirla al pasillo, tras lo que entraron en su despacho, del que la parlamentaria salió "inmediatamente", momento en el que le "salieron al paso" dos hombres, entre ellos el acusado.
Este último, "con un ánimo libidinoso, con la intención de humillarla y menoscabar su condición de mujer y con una clara intencionalidad de vulnerar su libertad sexual, directamente se abalanza" sobre Teresa Rodríguez "y con un empujón le hace retroceder hasta un rincón, le rodea con su brazo derecho por detrás de la cabeza y la espalda y con la otra mano le tapa la boca mientras aproxima su boca" a la de la parlamentaria "y besa su mano posada sobre su boca, simulando que le besaba en los labios".
El abogado asevera que el empresario hizo todo lo anterior "pegando su cuerpo contra el suyo y haciéndole retroceder por el impulso hacia la pared", una acción que "fue recriminada" por Teresa Rodríguez, "la cual le indicó que no le conocía de nada para hacer lo que hizo", procediendo el acusado a entregarle una tarjeta de visita.
"ATAQUE" A SU INTEGRIDAD MORAL Y LIBERTAD SEXUAL
"Sin capacidad para reaccionar por lo inesperado y rápido de la acción, pero claramente impactada y ofendida", la parlamentaria de Podemos salió de allí en compañía de la jefa de Protocolo, de forma que, durante el trayecto en la escalera y en los primeros momentos en la planta de abajo y en el exterior, Teresa Rodríguez "se encontraba nerviosa y alterada por lo sucedido", apunta el letrado.
El abogado considera que, como consecuencia de los hechos anteriores, "se ha atacado a su integridad moral y su libertad sexual" por cuanto esos hechos "únicamente le han sucedido por su condición de mujer, y además como cargo público fue desprovista de toda autoridad".
Para finalizar, señala que Teresa Rodríguez, "no pudiendo disimular dicho estado con periodistas y autoridades que se encontraban allí, y que podrían percibirla en esos momentos vulnerable, optó por marcharse rápidamente" de dicho acto público.
La Fiscalía, cabe recordarlo, pide para el acusado un año de prisión y el pago de una multa de 1.200 euros por un delito de atentado y nueve meses de cárcel por un delito contra la integridad moral, así como el pago de una indemnización de 6.500 euros a Teresa Rodríguez "por los perjuicios personales ocasionados".
Recientemente, la juez de Instrucción número 11 procesó al acusado y rechazó que lo sucedido "responda a una broma, como pretende el investigado hacer creer", por cuanto "ni víctima ni investigado se conocían con anterioridad, ni consta hubieranmantenido una conversación dilatada y en tono de familiaridad previo aquél día que justificara la acción realizada, lo que impide considerar la misma como una broma de mal gusto".
EL PROCESAMIENTO
El auto de procesamiento ha sido recurrido ante la Audiencia Provincial de Sevilla por el abogado del acusado, que ha solicitado el archivo de la causa porque se trató de "una broma", tachando los hechos como un "desafortunado comportamiento que puede ser reprochable desde cualquier punto de vista menos el penal".
En su recurso, afirma que Teresa Rodríguez "no parece una persona timorata ni especialmente vulnerable y sensible ante una eventual degradación moral", y lamenta que su cliente "ha visto puesta en duda su honorabilidad y su reputación ha resultado gravemente dañada, siendo objeto incluso de múltiples mofas en programas de televisión de importantísima difusión nacional".
Por todo ello, reclama a la Audiencia Provincial de Sevilla el archivo de la causa y que "ejerza su función revisora, amparando el derecho a la tutela judicial efectiva de mi representado, en su legítima pretensión de poner freno a un proceso en el que no existe indicio alguna de responsabilidad penal".