vitoria - Los jóvenes con progenitores extranjeros que residen en Euskadi -lo que se denomina segundas generaciones- y las familias de inmigrantes presentan unos datos de nivel educativo, inserción laboral y condiciones socioeconómicas peores que la población de origen vasco o español. Estas diferencias, achacables, según los expertos, a una “doble discriminación sociolaboral y étnica”, quedan patentes en un informe de Ikuspegi sobre la población de 0 a 24 años de ascendencia extranjera, un colectivo que supone casi el 16% de ese grupo de edad.
Así, mientras que tras finalizar la etapa obligatoria de estudios el 60,7% de los jóvenes de entre 16 y 24 años de ascendencia vasca o estatal continúa estudiando, entre la población de origen extranjero este porcentaje desciende al 45,7%. Los indicadores de pobreza y precariedad, los problemas asociados a la vivienda y el desempleo también afectan en mayor medida a los jóvenes de origen extranjero o a sus familias que a los autóctonos.
Ikuspegi, que ya ha dedicado varios informes a analizar las características y la integración social de las (mal) llamadas segundas generaciones, incluye en este término a todas aquellas personas de 0 a 24 años residentes en Euskadi con padre o madre de nacionalidad extranjera o de origen extranjero (padre o madre nacida en el extranjero). Dentro de este grupo se diferencian varias categorías en función de si esos jóvenes ya han nacido en el País Vasco, han llegado antes de los 4 años de edad o si han sido reagrupados cuando eran más mayores (entre los 5 y los 11 años, entre los 12 y los 15, y entre los 16 y los 24 años). Las autoras del informe de Ikuspegi -Beatriz Otero Gutiérrez y Karmele Mendoza Pérez- puntualizan que aunque “estrictamente solo deberían ser consideradas como integrantes del colectivo de segundas generaciones las personas nacidas en la CAV y de ascendencia extranjera”, también se considera que forman parte de él “las personas nacidas en el extranjero pero que llegaron a temprana edad al país receptor y que se socializaron en él”.
Con estas premisas se calcula que en Euskadi hay 76.914 personas de entre 0 y 24 años con al menos un progenitor de origen extranjero. La mayoría de ellas, 46.609 personas -el 60,6%-, son hijos e hijas de extranjeros que o bien han nacido en el Estado español o han sido reagrupados con 4 años o menos. “Son estrictamente las segundas generaciones”, dicen las autoras. También hay 13.605 personas -el 17,7%- que han sido reagrupadas entre los 5 y 11 años, 6.697 -8,7%- que llegaron con edades entre los 12 y 15 años y 10.004 jóvenes -13%- reagrupados entre los 16 y 24 años o que realizaron su proceso migratorio de forma autónoma -migrantes en primera persona-. De los casi 77.000 jóvenes de origen extranjero de Euskadi, 36.755 -el 47,8%- han nacido en el extranjero y 40.160 -52,2%- en el Estado español.
En cuanto a la distribución por territorios históricos, prácticamente la mitad de estos jóvenes reside en Gipuzkoa -37.748 personas, el 49,1% del grupo-, en Bizkaia hay 22.978 -el 29,9%- y, en Araba 16.188 -el 21%.
Más pobreza Según el informe de Ikuspegi, Casi la mitad de las personas que residen en hogares compuestos por personas de ascendencia extranjera -44,3%- han tenido que reducir gastos básicos y hay un 16,6% que actualmente no puede cubrir este tipo de gastos, mientras que los porcentajes en estos indicadores del total de la muestra -el conjunto de la población vasca- son notablemente inferiores: 16,5% y 5,5%, respectivamente.
Además, la incidencia de pobreza real se sitúa en el 5,7% para el conjunto de la población vasca y asciende a un 23,7% entre los hogares con personas de ascendencia extranjera. De la misma manera, mientras un 40,5% del conjunto de la población vive en hogares de completo bienestar, solo un 15,3% de las personas de ascendencia extranjera alcanza este nivel de bienestar.
En cuanto a la vivienda, el informe destaca que dado que “la mayoría de familias migrantes se acaban instalando en zonas residenciales más pobres”, terminan experimentando “procesos distintos de desarrollo y socialización que aquellas que se ubican en barrios de clase media, donde los equipamientos educativos, sanitarios, deportivos, etc. son mejores”.
En concreto, mientras un 4,4% de la población vasca habita en una vivienda que no reúne las suficientes condiciones, este porcentaje se eleva al 18,2% en el caso de las personas que viven en hogares de ascendencia extranjera.
Respecto al régimen de tenencia de la vivienda, los datos evidencian que las familias inmigrantes son las que más recurren al alquiler: el 58,5% de ellas reside en una vivienda alquilada, frente a un 4,8% de las familias vascas. De forma paralela, mientras que el 34,1% de las familias vascas tienen la vivienda propia totalmente pagada, solo el 10,2% de las familias migrantes se encuentra en esa situación.
Definición. El concepto de segunda generación define a los niños y niñas que han crecido en hogares inmigrantes, independientemente de que hayan nacido en el país de destino de sus progenitores o hayan llegado al país de acogida después de nacer.
Estudios. Entre los padres y madres de jóvenes de ascendencia extranjera hay un mayor porcentaje de personas sin estudios, mientras que en la población de ascendencia vasca o estatal es mayor el porcentaje de personas con estudios de tercer grado.
Gastos. La mitad de las personas que viven en hogares de ascendencia extranjera se manifiesta incapaz de afrontar gastos imprevistos, mientras que entre la población de ascendencia vasca esa cifra se reduce al 19%.
Calefacción. Mientras que el 88,6% de las familias vascas tiene calefacción, solo el 69,2% de las familias migrantes disfruta de este equipamiento indispensable en sus hogares.
Internet. El 85,0% de las familias vascas tiene acceso a Internet en su vivienda, pero ese porcentaje baja al 68,8% en el caso de las familias migrantes.
15,9%
En Euskadi hay 76.914 (15,9%) residentes de entre 0 y 24 años que tienen al menos un progenitor de nacionalidad y/o origen extranjero.