Bilbao - Lo decía ayer Iciar Martínez, bióloga e investigadora de Ikerbasque en la estación marítima de Plentzia: hasta los lobos trabajan juntos para poder cazar y comer. Una alegoría que bien podría ser aplicada, salvando las distancias, a la completa y compleja red de centros científicos tecnológicos y de investigación que operan en la geografía vasca. En breve, todos ellos -al menos los que reciben dinero público- empezarán a trabajar de una forma más colaborativa y corresponsable, compartiendo experiencias y alineando acciones y proyectos con el desarrollo sostenible.

Así lo anunciaba ayer el lehendakari Iñigo Urkullu quien, durante su discurso de apertura de la XVII Semana de la Ciencia, Tecnología e Innovación vasca habló de “consolidar” a Euskadi como “polo de innovación europeo”. La idea no es nueva; sin embargo en esta ocasión confirmó que la Administración General Vasca ya ha iniciado el proceso para crear una “entidad tecnológica que incorpore a los centros tecnológicos y los centros de investigación que cuentan con financiación pública”. El objetivo es ser reforzar la competitividad vasca en el panorama internacional. Pero una competitividad sana, no depredadora; es decir, trabajar para estar entre los mejores a medio-largo plazo, no al corto.

“Trabajar juntos -describía Urkullu- nos va a permitir fortalecer la presencia y reconocimiento internacional, facilitar la atracción de talento y aumentar las posibilidades de captar financiación de iniciativas europeas”. Estas palabras llegaban después de la reciente visita cursada por una delegación del Gobierno Vasco a Quebec donde inspeccionaron lo que se hacía en el Instituto de Investigación e Innovación de Quebec [localizado en Ontario], un referente mundial en este campo.

Esa visita ha confirmado que la colaboración -local y también global- en materia de innovación es fundamental para evolucionar como sociedad. “Consideramos importante que los agentes tecnológicos vascos cuenten con partners, socios, aliados internacionales de referencia, colaboradores con capacidad investigadora y presencia en el mercado global”, refrendaba el lehendakari al tiempo que desvelaba el aval económico del Ejecutivo vasco a la innovación y al talento.

En concreto, las cuentas públicas presupuestadas por el Gobierno Vasco para el ejercicio próximo plantean una inversión de 433 millones de euros, 22 más que este 2017. Además, tal y como refrendaba el lehendakari, la intención del Ejecutivo es mantener las preferencias para, de este modo, poder concentrar recursos en áreas prioritarias de crecimiento; potenciar la investigación básica de excelencia y el desarrollo tecnológico; aumentar las empresas que incorporan innovación; y reforzar las alianzas y la captación de fondos internacionales, entre otras cosas para reclutar y repatriar a las personas con las mejores capacidades, habilidades, aptitudes y actitud para formar equipo.

Y es que, tal y como ilustraba Jorge Unda (director general de Sener) la competencia de una empresa, sea cual sea su tamaño y empeño, pasa por la disposición y motivación de las personas que la componen. “En la empresa sabemos que podemos llegar hasta donde lleguen nuestras personas” sentenció para apostillar que este hecho es aplicable a Euskadi. Tanto él como Alberto García Erauskin (presidente de Innobasque) también abogaron por transitar hacia una educación más motivadora para poder identificar al alumnado más talentoso y, de paso, evitar la uniformidad.

El Gobierno Vasco anuncia una entidad que incorpore a los centros tecnológicos y de investigación con financiación pública que permita “coordinar su oferta científico-tecnológica, aprovechar sinergias y reforzar la marca-país”.

2020

Hasta ese año se prevé invertir 11.000 millones en 40 líneas de investigación estratégicas.