Estamos en fase de recuperación económica, el PIB crece, el paro baja y los mensajes oficiales son optimistas. En la calle, sin embargo, seguimos viendo a personas que piden una ayuda “para comer” o que se instalan para pasar la noche en un cajero. En nuestro entorno conocemos casos de personas que han tenido que solicitar ayudas sociales o que están preocupadas porque se les acaba el paro y aún no han encontrado empleo. Y es que hay una realidad que va en sentido contrario a las cifras macroeconómicas, una realidad que organizaciones como Eapn y Cáritas reflejan con crudeza en sus últimos informes. “Hay muchas familias que siguen viviendo bajo los escombros de la crisis”, indicó el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, durante la presentación de la Memoria Anual, y recordó que el 70% de los hogares del Estado español no ha percibido la recuperación económica y 600.000 familias no tienen ningún ingreso. Por su parte, Juan Carlos Llano, autor del informe El estado de la pobreza, que elabora Eapn, explicó que “la mayoría de la pobreza en España no se encuentra, por usar una expresión gráfica, en la puerta de las iglesias, sino a nuestro lado, mezclada en la cola del supermercado de descuento, en el trabajo a tiempo parcial, en los contratos temporales, en las familias con niños, en los hogares monoparentales, etc.”

En 2017 hay muchas personas con trabajo, con formación, con familia... que son pobres. Algunas de ellas entran en las estadísticas que intentan cuantificar el fenómeno de la exclusión y otras no, pero no por eso dejan de ser pobres o sufrir carencias. De hecho, en 2016 han bajado algunos indicadores, como la tasa AROPE (At Risk Of Poverty and/or Exclusion), pero al mismo tiempo el 22,3% de la población del Estado español estaba en Riesgo de Pobreza, un porcentaje que creció dos décimas respecto a 2015 y que es el más alto de toda la serie histórica.

Según se explica en el último informe de Eapn, el criterio más utilizado para determinar quién está en situación de pobreza consiste en definir un límite o umbral de ingresos por debajo del cual las personas son consideradas pobres. “Este umbral puede ser absoluto, como cuando el Banco Mundial afirma que 702 millones de personas viven con menos de dos dólares al día en el año 2015; o puede ser relativo: cuando lo que se mide es el porcentaje de personas que tienen ingresos bajos en relación a los de la totalidad de la población”, indica Eapn.

En sus estudios sobre la situación social los países de la Unión Europea utilizan un umbral relativo que varía según países y años y se define como el 60% de la mediana de la renta nacional equivalente del año anterior al considerado. Para el año 2016 el umbral del Estado español se sitúa en 8.208,5 euros/año (684 euros/mes), de forma que aquellas personas que viven en hogares cuyos ingresos anuales por unidad de consumo (la primera persona del hogar se valora como 1 unidad de consumo, los restantes adultos 0,5 unidades de consumo cada uno y los menores 0,3 unidades de consumo cada uno) son inferiores a esa cantidad se consideran pobres.

Hay más pobres Eapn advierte de que con esta forma de establecer quién es pobre, los cambios de la mediana de ingresos del total de la población generan alteraciones del valor anual del umbral. “Así, puede suceder -de hecho, sucede- que la situación de pobreza de un grupo amplio de personas se modifique única y exclusivamente porque se han modificado las condiciones de vida de otro grupo totalmente distinto”. El análisis de los datos desde 2008 explica que aunque según la tasa AROPE -indicador europeo que mide el riesgo de pobreza o exclusión social-, el número de personas en esta situación en España se ha reducido 0,7 puntos porcentuales pasando del 28,6% en 2015 al 27,9% en 2016, en la actualidad hay más pobres que antes de la crisis y se puede afirmar que el empobrecimiento real de la población ha sido mucho más acusado que el mostrado por los datos estadísticos oficiales. Esto sucede porque el empobrecimiento sufrido por una parte importante de la población ha arrastrado hacia abajo los umbrales de pobreza.

En 2009 se consideraba pobre a aquellas personas que vivían en hogares cuyos ingresos eran inferiores a 739,7 euros/mes por unidad de consumo, mientras que en 2016 ese umbral de pobreza ha bajado a 684 euros/mes, con lo que todas las personas cuyos ingresos están entre 684 y 739,7 euros han dejado de ser pobres para las estadísticas, pero sus condiciones de vida no solo no han mejorado, sino que con toda seguridad hoy son peores, porque al hecho de no haber subido su nivel de ingresos hay que sumar el incremento del coste de la vida (IPC). El informe de Eapn indica que si se utiliza el umbral del año 2008 (8.379 euros/año) más el IPC para calcular la pobreza en 2016, resulta que la Tasa de Riesgo de Pobreza asciende al 27,2%. Una cifra que es 4,9 puntos porcentuales superior a la tasa oficial y que, según la organización, “refleja de manera más fidedigna el impacto real de la crisis”.

Para evitar la distorsión en la evaluación de la pobreza que produce la disminución del umbral como consecuencia de la reducción de la renta de la población, Eapn calcula la tasa de pobreza en 2016 con los criterios utilizados en 2009 y el resultado es que el año pasado el 20,6% de las personas ocupadas “viven una situación idéntica a la que soportaban las personas pobres en el año 2009, es decir, son pobres, pero más de una cuarta parte de ellas no se cuentan oficialmente como tales”.

Récord histórico Destaca el informe de Eapn que “el récord histórico de la Tasa de Pobreza registrado este año -22,3 %- es en su totalidad consecuencia de la reducción de los ingresos del 70% de la población española y, especialmente, del 20% más pobre, y, en ningún caso, del aumento del umbral producido por el crecimiento de la renta media”.

El análisis de los datos también deja patente que el fin de la crisis y el inicio de la recuperación no han traído una reducción de la pobreza real y se constata que “el crecimiento económico por sí solo no es suficiente para mejorar las condiciones de vida de las personas”. En términos absolutos, en el año 2016 unas 10.382.000 personas estaban en riesgo de pobreza, lo que supone unas 78.000 personas más que el año anterior y desde el año 2008 el número de personas en riesgo de pobreza se ha incrementado en más de 1.242.000.

Según Eapn, aunque en 2016 el indicador AROPE se redujo en 0,7 puntos porcentuales -lo que supone que hay 345.000 personas menos en riesgo de pobreza y/o exclusión social-, esta tasa del 27,9% de la población residente en el Estado español aún está 3,2 puntos por encima de la de 2009 y es 4,1 puntos superior a la de 2008. “Lo que significa que para volver a los valores anteriores a la crisis es necesario reducir en otros dos millones el número de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social y se requiere una reducción adicional de otras 800.000 personas para cumplir los objetivos especificados en la Estrategia Europa 2020 que fijó como meta reducir entre 1,4 y 1,5 millones el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión, más una reducción proporcional de la pobreza infantil”.