Santiago de Compostela - La espontánea marea blanca de voluntarios que limpió las costas gallegas del vertido del Prestige ha vuelto; en esta ocasión “verde” y con centenares de ofrecimientos para adecentar los montes ante la magnitud de la tragedia vivida. Sin embargo, ante este ofrecimiento espontáneo de ayuda es necesario tener mucha cautela. La directora de la Escuela Gallega de Paisaje de la Fundación Juana de Vega, Isabel Aguirre, incidía precisamente en el error de empezar las plantaciones masivas sin el análisis de expertos e insistía en que lo primordial es “acabar con los incendiarios, porque para lo otro [las plantaciones] aún no es momento, dado que hay que ver cómo se regenera el terreno.

“Lo primero es parar las [posibles] riadas” y, a partir de ahí, son los técnicos especialistas los que han de estudiar cómo ha de fraguarse esa recuperación, porque ahora mismo, y pese a esas proposiciones que habrá que encauzar, “no tiene sentido” repoblar con árboles las zonas calcinadas. No en vano, calcula en “al menos veinticinco años” el tiempo que tardará en recuperarse el bosque de castaños o robles. En este sentido, explicaba que algunas medidas, por lo tanto, “pueden ser prohibir tocar los montes y dejar que se regeneren”.

La asociación ecologista Arco Iris fue una de las primeras en informar de que personas de toda España están ofreciendo su ayuda para recuperar el terreno ardido, dañado por la lumbre que ha devastado más de 35.500 hectáreas, según las primeras estimaciones provisionales ofrecidas por la Xunta.

Esta entidad, que ha comparado estas solicitudes a lo ocurrido en 2002 con el desastre provocado por el petrolero Prestige, anunció que pedirá una entrevista con la responsable de Medio Rural, Ángeles Vázquez, con el objeto de tratar de canalizar de algún modo esta situación y de conocer los tiempos más apropiados. La solidaridad, pese a que imprima la prudencia, ha sido acogida con una enorme gratitud porque “demuestra que el espíritu del Prestige sigue latente en el corazón de la sociedad española” tras la “odiosa plaga” de humo y fuego que ha “cubierto de luto nuestro paisaje”, denunciaba Arco Iris.

E, igual que en el norte, también en el sur de Galicia se trabaja con moderación, con un mensaje emitido desde la FEMP pidiendo que quienes quieran colaborar contacten con el Ayuntamiento a través del 010 para ser incluidos en una especie de cuadrillas a las que se recurrirá más adelante, en el plazo de uno o dos meses, no antes.