Bilbao ? Ni rastro de la lluvia y, además, temperaturas 10º por encima de lo habitual en estas fechas suponen una combinación de elementos muy peligrosa cuando se habla de la gestión de los recursos hidrológicos. El Gobierno español, de hecho, no descarta tener que recurrir a las restricciones en el suministro de agua en caso de que no cambie el ciclo. Lo decía hace unos días la ministra de Agricultura, Alimentación y Pesca y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, quien confirmó que, de mantenerse el escenario actual, “probablemente” habrá que limitar el uso del agua a partir de 2018.

Esa falta de lluvias no es exclusiva del territorio español y sus primeros efectos ya se están dejando notar sobre la geografía vasca. En términos generales, la cuenca del País Vasco tiene capacidad para 252 hectómetros cúbicos (hm3) de agua y a fecha de ayer disponía de 153 hm3 de agua embalsada; en Nafarroa, por contra, la situación es algo peor ya que si la capacidad es de 1.014 hm3 el volumen de agua embalsada es de 309 hm3.

Los efectos más graves de la escasez de precipitaciones se están ensañando con Gipuzkoa, donde los embalses de Lareo y Urkulu están en nivel de emergencia y el de Ibai-eder en alerta; los de Barrendiola y Arriaran permanecen en niveles de prealerta; y únicamente los de Ibiur y Aixola mantienen unas reservas dentro de la normalidad. Casi todos los pantanos, excepto el de Aixola y el de Ibai-eder, presentan las reservas de agua más bajas de los últimos cinco años, según datos del Consorcio de Aguas de Gipuzkoa, recogidos por Europa Press. La presa del Añarbe, que permite el abastecimiento a la comarca de Donostialdea, refleja unas cifras algo mejores: ayer tenía embalsados 29 hm3 de los 38 hm3 de capacidad, según datos aportados por el portal web de los embalses y pantanos de España.

Los que abastecen a la población de Bizkaia también están por debajo de las cotas frecuentes para esta época del año, con el 57% de llenado según los datos aportados por el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia. El pantano de Ordunte ?localizado en la comarca de Las Merindades burgalesas? tiene una capacidad de 22 hm3 y ayer estaba al 38%, con 12 hm3. Y los alaveses de Albina, Urrunaga y Ulibarri describen una curva similar, todavía por encima de la mitad de su capacidad. El de Urrunaga, por ejemplo, tiene capacidad para 72 hm3 y ayer tenía 42 hm3.

La curva de garantía, esa línea roja que marca el punto de no retorno y que obliga a establecer restricciones, todavía no ha sido rebasada en las cuencas vascas pero sí que el actual escenario de falta de lluvias ha supuesto un toque de atención para los organismos que gestionan el abastecimiento de agua. Más aún, teniendo en cuenta que los primeros días del año hidrológico [1 de octubre de 2017 a 30 de septiembre de 2018] han acumulado el 3% de las lluvias normales para este periodo, por lo que el déficit es del 97%, según ilustraban fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En concreto, el valor acumulado en estos primeros días es inferior a un litro por metro cuadrado cuando el valor normal para este periodo serían 22 litros por metro cuadrado.

El año 2017 pasará a la historia de España, si el otoño no lo remedia, como el año con menos agua embalsada (38,85%) en toda la década. Esta cifra solo fue menor en 2006, cuando en la semana número 40 del año estaban al 38,75%. En cualquier caso, la ministra de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha repetido ya en distintos foros que “la sequía es un problema recurrente” en España y que desde el pasado mes de abril, el Gobierno al que representa ha estado pendiente de la evolución de los caudales de pantanos y embalses para adoptar las medidas necesarias. l