Lo que muchos padres espetan a sus hijos cuando estos utilizan de forma abusiva sus teléfonos móviles, “¡vas a tener agujetas de tanto darle al teclado!”, no es una exageración. Los expertos que han participado en la III Jornada de Cirugía de la Mano que se ha celebrado en la Clínica IMQ Zorrotzaurre han alertado de que “en nuestras consultas hemos detectado un aumento de casos de artrosis trapecio-metacarpiana, que es la artrosis que corresponde a la base del pulgar, originada, en muchos casos, por un uso excesivo y constante del teléfono móvil. Y cada vez, en pacientes más jóvenes”.

Quien así se expresa es el doctor Víctor Galán, director de las citadas jornadas, quien añade que “también nos estamos encontrando este problema en personas que se pasan el día entero tecleando en el ordenador y con el ratón. Estas situaciones, tanto mantener y teclear en el móvil con los pulgares, como pasar horas y horas tecleando con las manos en el ordenador, son las responsables de este aumento que estamos viviendo en las artrosis de la mano”. El especialista apunta a la mujer como la principal perjudicada de este nuevo mal de nuestros días. “No solo existe un componente genético, que lo hay, sino que la mujer, por su naturaleza, presenta una mayor elasticidad en las articulaciones. Esta elasticidad hace que las articulaciones se muevan más y, al moverlas más, se van desgastando con mayor rapidez. Esta característica es utilizada por muchas empresas que contratan a mujeres por su superior habilidad manual para trabajos que precisan de manipulados manuales rápidos y flexibles”.

Siete de cada diez Y es que la artrosis de la base del pulgar llega, en el caso de las mujeres, a afectar a siete de cada diez en algún momento de su vida. Aunque en hombres tampoco es infrecuente. “Primero, el paciente refiere dolor. A partir de ahí se le realiza una exploración manual y una radiografía, para confirmar o descartar la existencia de una artrosis”. En el caso de que la enfermedad ya esté presente, “se puede optar, en artrosis leves, por un tratamiento conservador, con antiinflamatorios, frío en la articulación y una restricción en el uso intensivo del pulgar (por ejemplo, chateando menos con el móvil)” explica el director de la III Jornada de Cirugía de la Mano, celebrada en la Clínica IMQ Zorrotzaurre.

Si el dolor es insistente y la artrosis está presente de una forma clara, “se puede optar por diversas alternativas quirúrgicas, entre las que se encuentran las prótesis para el pulgar; estas son parecidas, en cierto modo, a las prótesis que se insertan en las caderas, pero a un tamaño mucho menor”.

“En cualquier caso”, abunda el experto, “estas cirugías duran menos de media hora y presentan una tasa de buenos resultados que oscila entre el 90% y el 94%”. Tras la cirugía, es necesario guardar tres semanas de reposo y, posteriormente, “realizar la rehabilitación, que normalmente la hace el propio paciente, ya que el pulgar se usa para casi todo”.

Según concluye el experto, “el 60% de los pacientes que se han implantado una prótesis se animan a realizar la misma operación en la otra mano, lo que da una prueba fiable del éxito de este tipo de implantes”.