Tolosa - Las residencias de mayores de Euskadi también han dado el paso de desterrar el papel y funcionarán a partir de ahora con receta electrónica. El despliegue de la e-rezeta y la historia clínica de Osakidetza se ha materializado ya en más del 90%, cumpliendo así el compromiso del Gobierno Vasco con la integración de la receta electrónica en el ámbito sociosanitario. Desde su implantación en Euskadi, se han concedido 124 millones de recetas electrónicas y actualmente suponen el 96% de las dispensaciones realizadas.
Con su visita ayer al complejo asistencial Uzturre de Tolosa, el último centro que ha implantado con éxito el nuevo sistema de prescripción de recetas, el consejero de Salud, Jon Darpón, dio por finalizado el despliegue en todas las residencias de la CAV, tanto públicas como privadas. “Supone un gran avance para poner la tecnología al servicio de una sociedad que cada vez vive más años. Nuestra esperanza de vida es de las más altas del mundo, pero esta realidad nos está planteando un nuevo paradigma social y sanitario, con personas con enfermedades crónicas y situaciones con dependencia”, declaró ayer el consejero, que estuvo acompañado en su visita por la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, la diputada de Políticas Sociales de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Maite Peña, y la alcaldesa de Tolosa, Olatz Peón.
Darpón también puso en valor que la unificación es “es un avance hacia la sostenibilidad de nuestro sistema de salud y, por encima de todo, la constatación de que trabajando en equipo con el Departamento de Empleo y Políticas Sociales, las Diputaciones Forales y los Ayuntamientos, en el marco del Consejo Sociosanitario, estamos apuntalando una atención sociosanitaria puntera y de calidad, adaptada a las necesidades de las personas mayores”.
Por su parte, la consejera Beatriz Artolazabal avanzó que el Consejo Vasco de Atención Sociosanitaria está trabajando ya en las nuevas líneas que marcarán la Estrategia 2017-2020 y en un nuevo decreto de Centros Residenciales. “Tenemos que tener en cuenta todos los derechos de todos los residentes y para ello no podemos hacerlo de otra manera que no sea coordinadamente. Para ello tenemos en cuenta aspectos como la estructura, la organización, la financiación o la innovación”, manifestó la consejera de Empleo y Política Social.
La diputada Maite Peña quiso poner en valor la coordinación sociosanitaria interinstitucional, que permite ofrecer una atención centrada en la persona: “mejoramos la eficiencia y optimizamos los recursos, lo que nos permite mejorar la calidad de vida de los usuarios, que es lo que en realidad importa”.
seguridad y control El despliegue de la receta electrónica y el acceso a la historia clínica beneficiará en materia de seguridad, control de la mediación y coordinación entre los profesionales de diferentes ámbitos. “La receta electrónica en Euskadi es un proyecto totalmente consolidado, que funciona las 24 horas del día los 365 días del año, lo que ha permitido dispensar 124 millones de recetas y hoy en día el 96% se realizan electrónicamente”, recordó Darpón. El consejero de Salud también quiso destacar que la e-rezeta “es un paso importante en la seguridad de los pacientes residenciados y para los propios profesionales sanitarios, ya que se eliminan las recetas en papel y además, se puede consultar el tratamiento en la historia clínica, minimizando con ello los errores de medicación y favoreciendo el seguimiento de la adherencia al tratamiento”
La incorporación de todas las residencias vascas a la e-rezeta y a la historia clínica es un paso decisivo en la configuración del nuevo modelo de gestión para la prestación y dispensación farmacéutica llevado a cabo por el Departamento de Salud del Gobierno Vasco y Osakidetza, y que llega a su fin tras un proceso de cambio que ha necesitado de un año de implantación y en el que han colaborado todas las instituciones vinculadas al ámbito sociosanitario.
Hasta ahora la prestación de las recetas en las residencias de personas mayores se venía haciendo en papel y diferenciadas del resto. La interacción con la receta electrónica conlleva el acceso compartido a la Historia Clínica de Osakidetza y, por lo tanto, la consulta del tratamiento activo de la persona residenciada.
Las 20.000 personas que residen en alguno de los 300 centros asistenciales de Euskadi presentan problemas de salud crónicos y la mayoría están polimedicados. De hecho, el 68% toma cinco o más medicamentos y el 33% tiene prescritos 10 o más fármacos. Durante 2016 se tramitaron un millón y medio de recetas, lo que supone un consumo anual de casi, 75 medicamentos por persona residenciada. Además, cerca del 90% de ellas requiere de absorbentes de incontinencia y el 10%, de productos dietéticos. En lo que respecta a este año, hasta julio, se han dispensado electrónicamente 243.000 recetas. El 60% de las recetas realizadas en este ámbito, son ya electrónicas.
Con el soporte electrónico se consigue mayor seguridad clínica al prevenir errores en la medicación y conocer la adherencia del tratamiento, además de reducir la frecuentación al centro de salud. En cuanto a la dispensación, se evitan interpretaciones equivocadas de las recetas manuscritas y permite un seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes. Por su parte, las personas están mejor informadas al recibir la hoja de tratamiento donde, de forma clara, se detallan las indicaciones del mismo. Otras de las ventajas que conlleva la receta electrónica es que incorpora beneficios como la revisión y ajuste de los tratamientos, sobre todo los de larga duración, así como evitar los botiquines caseros y las medicaciones sobrantes, ya que la recogida de la medicación es mensual en lugar de trimestral.
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Desde su implantación, se han dispensado 124 millones de recetas electrónicas y actualmente suponen el 96%.
Red de residencias. Euskadi cuenta con 300 residencias, públicas y privadas, que atienden a cerca de 20.000 personas
Medicamentos. El 68% de los residentes toma cinco o más medicamentos, el 33% tiene prescritos 10 o más, y el 6% más de 20.
Recetas en 2016. Se tramitaron un millón y medio de recetas, lo que supone un consumo anual de 75 medicamentos por persona.