donostia- El Tren de Alta Velocidad (TAV) vuelve a atascarse a las puertas de Donostia, en el tramo Hernani-Astigarraga, el mismo cuyas obras estuvieron suspendidas durante 16 meses entre 2015 y 2016. Un nuevo revés para un trayecto que en el primer trimestre de este año parecía avanzar con viento de cola. Esta vez el parón dura ya casi dos meses y, según ha podido saber este periódico, “no tiene visos de retomarse en breve”, lo que refleja las dificultades a las que se está enfrentando la Y vasca: el proyecto estratégico que pretende unir las tres capitales de Euskadi con una red ferroviaria de alta velocidad.
El tramo citado sigue oficialmente en ejecución. Así lo confirmaron el pasado viernes a este periódico fuentes de Euskal Trenbide Sarea (ETS), la sociedad pública que gestiona las infraestructuras ferroviarias del Gobierno Vasco.
Es decir, las obras no están suspendidas por el ejecutivo autonómico, como sí sucedió anteriormente. Pero es un hecho evidente que la actividad allí es nula desde hace más de un mes. Esta semana, además, se han extinguido los contratos de la práctica totalidad de los trabajadores que pertenecían a la UTE de las empresas adjudicatarias, según confirmaron fuentes de los trabajadores a este periódico.
Según ha podido saber este periódico, se trataría de una maniobra para reducir costes ante una situación que “tiene visos de prolongarse un tiempo” -explican diversas fuentes-, debido a la complejidad burocrática que supone la tramitación de los modificados del proyecto. El parón, sin embargo, no se debería a la falta de dinero, ya que el proyecto “está dotado de presupuesto” -en este aspecto incide Euskal Trenbide Sarea-, sino más bien a un “cuello de botella” en la tramitación administrativa de los proyectos modificados, ya que afectan a varias administraciones y tienen que “pasar muchos filtros”, aseguran.
Retirada de personal No obstante, la retirada de los trabajadores de la propia UTE es un indicador de que el parón puede prolongarse más allá de lo deseado, ya que la extinción de los contratos se habría producido sin fecha de regreso. Los primeros síntomas comenzaron a notarse hace dos meses, con la retirada progresiva del personal de las subcontratas que estaban realizando labores de encofrado.
La imagen actual del viaducto de Hernani, a medio construir y sin máquinas ni trabajadores, contrasta con la instantánea que recogía este periódico el pasado mes de abril, cuando más de medio centenar de empleados operaban con normalidad. En el último año, este tramo había experimentado un impulso importante y pasó en doce meses del 19% de su ejecución total al 35%, porcentaje en el que permanece atascado ahora y que puede acarrear un encarecimiento de la obra.
Hay que recordar que el propio Gobierno Vasco reconoció en 2016 que el parón en las obras de este tramo le estaba costando entonces 150.000 euros al mes, y que la suspensión de estos trabajos durante más de un año le supuso un coste extra de más de dos millones de euros.
En mayo de 2016, sin embargo, ETS solicitó al Gobierno Vasco el levantamiento de la suspensión temporal total de las obras del tramo Hernani-Astigarraga, tras superar los problemas derivados del proyecto modificado y de trámites que afectaban a Adif, Fomento, Costas y el Gobierno Vasco y que retrasaron la solución.
El tramo Hernani-Astigarraga tiene una longitud de 2,475 kilómetros y discurre en su totalidad a cielo abierto, encauzando el acceso de la línea de alta velocidad al centro de Donostia con el tercer hilo a través de la línea de ancho convencional Madrid-Irun, hasta su llegada a la estación de Atotxa. Entre sus dos viaductos, destaca el de Hernani, de 1.447 metros de longitud y que cruza tres veces el río Urumea, lo que lo convierte en el más largo del trazado en Gipuzkoa.
El presupuesto vigente de este tramo se eleva a 84,8 millones de euros. Estaba previsto que las obras se iban a ejecutar, en principio, en un plazo de 59 meses que finalmente serán bastantes más. Las obras se adjudicaron en diciembre de 2011 y se iniciaron en marzo de 2012, hace ya cinco años y medio, pero aún falta más de la mitad para completar el proyecto entero.
Hernani-Astigarraga es uno de los seis tramos del ramal guipuzcoano que se encuentra en ejecución; pero entre los ya iniciados, es el que va más rezagado. Así, se encuentran en ejecución Antzuola-Ezkio Itsaso Oeste (85%); Antzuola-Ezkio Itsaso Este (99,6%); Hernialde-Zizurkil (78,6%); Zizurkil-Andoain (67%); Urnieta-Hernani (99%); y Hernani Astigarraga (35,3%).
Por su parte, ya se han concluido los tramos Bergara-Bergara; Bergara-Antzuola; Ezkio-Itsaso; Tolosa; Beasain Este; Beasain Oeste; Ezkio Itsaso-Beasain; Ordizia-Itsasondo; Legorreta, Tolosa-Hernialde; y Andoain-Urnieta. - Mikel Mujika