Donostia - La Ertzaintza indicó que aunque los hechos se asemejan a los que habitualmente se engloban bajo el juego conocido como la ballena azul, también orientado a conseguir el suicidio de otras personas, este caso tiene sin embargo una diferencia fundamental: la no existencia de fases progresivas en las que la víctima se encamina individualmente hacia la muerte. Aquí, por el contrario, el supuesto inductor trataba de lograr el compromiso del grupo para consumar de manera conjunta el suicidio de todos sus integrantes.
En Argentina, de hecho, un gran número de jóvenes han perdido la vida a consecuencia de este juego online y muchas personas, en los últimos años de colegio o en la Universidad, han llegado a suicidarse.
“Tenemos una red de fiscales especialistas en criminalidad informática porque es un reto al que tenemos que hacer frente en materia de criminalidad. Es difícil para un padre o una madre controlar lo que está haciendo su hijo a través de la redes sociales. Y detectar estas situaciones es bastante complicado”, aseguran los investigadores.
La ballena azul es un peligroso juego que consta de 50 retos y que circula por las redes sociales. Se inició entre adolescentes de Rusia y se ha extendido a todo el mundo. Una persona (denominada cuidador) contacta vía Facebook con la víctima y la convence para seguir este macabro juego.
Hace pocos días se daba a conocer que las autoridades rusas habían detenido a una joven, de 17 años, acusada de ser el cerebro de este juego que consiste en hacer arriesgados retos durante 50 días seguidos. Los desafíos van desde tatuarse con un punzón la imagen de una ballena o hacer un maratón de 24 horas de películas de terror. El reto final es el suicidio.
Tras meses de investigación en Rusia, finalmente las autoridades pudieron detener a varias personas, entre ellas el cerebro del grupo. La joven realizaba supuestamente amenazas a las víctimas si no seguían las directrices que se le ordenaban. En mayo ya se detuvo a otro creador del juego, Philipp Budeikin, de 21 años de edad, quien aseguró que el objetivo de la ballena azul era “limpiar la sociedad”. - DNA