Giuseppe Simioli era uno de los capos de la Camorra más buscados hasta que hace unas semanas los Carabinieri lograron capturarle en un pueblo cercano a Roma gracias al seguimiento que, durante siete años, la Guardia Civil hizo a la “escurridiza” novia del que ha sido jefe del clan Polverino.
Simioli se hizo con los mandos del clan en 2012, por una sucesión lógica en este tipo de organizaciones. Era el lugarteniente de Giuseppe Polverino, alias O Barone o Pepe, el boss de uno de los clanes más poderosos de la Camorra napolitana y que fue arrestado en marzo de ese año en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera. Aún sigue mandando, como puede, desde la prisión en Italia. Como es habitual, Simioli tiene un alias, Petruociolo, y era objetivo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de los Carabinieri italianos desde 2010, ya que contaba nada más y nada menos que con cuatro órdenes de busca y captura. A finales de julio fue detenido y ahora se enfrentará en Italia a 24 años de cárcel.
Pero, ¿cómo se llegó hasta él? Responsables del grupo de la UCO encargado de investigar a este tipo de organizaciones en el Estado español relatan cómo se ha dado con el paradero del actual jefe de uno de los 110 clanes que hay censados en Nápoles.
Katrin T. S., una brasileña de 36 años, la compañera sentimental de Simioli con la que tiene dos hijos, fue el rastro que durante siete años siguieron los investigadores para localizar a su novio.
Detenida en 2013 No fue fácil. La escurridiza Katrin traía de cabeza a los agentes, porque aunque en 2013 fue detenida en el mayor golpe en España a los Polverino, con un centenar de arrestados en el Estado y en Italia, después fue puesta en libertad. La búsqueda no se detuvo porque el objetivo seguía vigente: cazar a Simioli.
Katrin había seguido los pasos de su compatriota Kellen Barbosa, novia de O Barone, también detenida en la operación de 2013. El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco llegó a decretar prisión para ella. Ambas, según cuentan las fuentes, lo tuvieron claro desde el primer momento: tener un hijo con los jefes del clan era un valor seguro.
Dos hijos tuvo Katrin con Simioli y con los dos viajaba a Italia para que pudieran ver a su padre. Así, según el resultado de las pesquisas, la brasileña pasaba un mes en España -en concreto en la zona de Comarruga y El Vendrell, en Tarragona- y tres en Italia. Fue imposible hacerle un seguimiento diario, pero la Guardia Civil sí se propuso hacerlos muy a menudo. Sin embargo, las medidas de seguridad que adoptaba en sus desplazamientos frustraron el esperado desenlace.
Como explican las fuentes de la UCO, el rastro de Katrin se perdía porque, por ejemplo, para llegar hasta Nápoles subía en un avión con destino a Milán; desde esta ciudad viajaba en tren hasta Turín, donde cogía otro hasta Nápoles. Allí la iban a buscar en un coche o en una moto y se perdía en el entramado de calles.
Medidas de seguridad “Su maleta llegaba por un lado y ella, por otro. Dormía en un lugar y desaparecía. Siempre nos quedábamos como a la mitad”, resumen gráficamente las fuentes consultadas antes de subrayar que Katrin abandonaba Tarragona sin que se detectara su intención de movimientos en las llamadas de teléfono que tenía pinchado. “Nadie sabía nada de ella”, añaden. Lo que estaba claro es que pasaba más tiempo en Italia porque los niños sabían hablar italiano.
Pero los seguimientos dieron por fin su fruto. Fue el pasado mayo cuando los agentes de la Guardia Civil, en una semana de vigilancia continua, observaron como Katrin y sus hijos salieron de casa, subieron a un coche, cambiaron luego de vehículo y entraron en una nave cerrada, de la que salieron con otro coche que los agentes no tenían controlado.
En compañía de unos amigos se dirigieron en coche desde Barcelona a Roma. La Guardia Civil avisó a los Carabinieri de todos estos movimientos, pero los agentes de este cuerpo les perdieron de vista cuando en una zona despoblada a las afueras de la capital italiana cambiaron de vehículo. No obstante, gracias a las cámaras se pudo cotejar la matrícula del coche, seguir su itinerario y llegar hasta un chalé de una localidad próxima a Roma, donde Simioli fue arrestado.
Katrin está en libertad, pero tendrá que acudir a juicio en España acusada de pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales por la operación de 2013.
Una vez más, el clan Polverino está descabezado, pero no tardarán en sustituir a Simioli. Probablemente ya tenga sucesor.