Bilbao - Las drogas están desbocadas. Cada vez hay más y cada vez son de más fácil acceso. Por eso se ha desatado la alerta ante el auge de estas nuevas sustancias tan fáciles de adquirir. “Hay muchas más sustancias en la calle y lo que ha facilitado sobre todo el acceso a las drogas ha sido la venta a través de páginas de internet”, dice sin titubeos el doctor Koldo Callado, profesor del Departamento de Farmacología de la UPV/EHU. Tanto es así que el año pasado, se identificaron en Euskadi un total de 34 drogas de diseño. Y seis de ellas eran totalmente nuevas en todo el conjunto español. Además, se incautaron 1.696 kg de estupefacientes y este tipo de drogas ‘modernas’. Se trata de nuevas sustancias psicoactivas, término que describe una serie de productos que imitan los efectos de sustancias ilegales como el cannabis o las anfetaminas.

El Observatorio de Drogas y Toxicomanías también recoge esta preocupación y ha advertido de que “las nuevas drogas psicoactivas suponen un gran reto para la salud pública”. Este organismo ha detectado en los últimos años 620 nuevas sustancias sin control por parte de los mecanismos internacionales y sin regulación jurídica. “El sistema de alerta temprana de la UE, que es el primero en dar la voz de alarma, habla de entre 60 y 100 nuevas sustancias por año. Se detectan por una incautación, en los test de los ayuntamientos, o en muchos casos porque ha habido una intoxicación o un fallecimiento, y cuando se hacen análisis más específicos. La mayoría se sintetizan en laboratorios clandestinos, pero por cada una que se ilegaliza, salen 25 derivados”, recalca Koldo Callado.

Sustancias adulteradas A su juicio, “uno de los grandes problemas de estas drogas es que la mayoría de los consumidores, que son una parte muy pequeña sobre el conjunto de la población, no sabe que esa pastilla o esos polvos están adulterados con estos productos que pueden ser mucho más peligrosos que las drogas convencionales”.

De su proliferación, dan fe los decomisos de cannabis, cocaína y drogas de síntesis, que permiten extrapolar el consumo, y que sitúan a España a la cabeza del ranking europeo, junto con Reino Unido, Francia y Países Bajos, según el último Informe Europeo sobre Drogas (2016). Todo ello con el agravante de que las nuevas drogas se pueden producir en la cocina de cualquier casa ya que necesitan de un equipamiento mínimo y unos conocimientos básicos.

Callado hace una clara diferenciación entre las nuevas drogas y las drogas emergentes, siendo estas últimas aquellas que existen desde hace cientos de años pero que han llegado en la actualidad al mercado clandestino. Ambas tienen en común que son alegales ya que no están inscritas en las listas de sustancias prohibidas de ningún país. Las drogas emergentes y las nuevas drogas de diseño, son alternativas legales a las drogas clásicas y pueden conseguirse en tiendas especializadas o a través de internet. Y ésta es una de las claves de su éxito.

En cuanto a los impedimentos que existen para perseguir la producción, distribución y consumición de las drogas de diseño, Callado afirma que hay “muchos frentes abiertos”. “Se producen masivamente y muy rápido, no hace falta tener altos conocimientos químicos ni una localización específica para ello. Las mafias siempre van por delante de la legislación”, se lamenta.

El perfil del consumidor de nuevas drogas de diseño corresponde a un varón de entre 25 y 34 años, con un alto nivel intelectual y económico en busca de nuevas experiencias. En el Estado español, de hecho, casi un 1% de la población ha consumido estas drogas en los últimos doce meses, entre ellas, el spice, las setas mágicas o las metanfetaminas.

Prohibidos. En 1971 se crearon cuatro listas de psicotrópicos. La I y la II agrupaban sustancias prohibidas, como la catinona, tenanfetamina, zipeprol o metacualona.

Con receta médica. Las listas III y IV recogían las sustancias que se podrían consumir bajo receta médica como por ejemplo, el diazepam y lorazepam.

1.696

Son los kilos de estupefacientos y nuevas sustancias psicoactivas incautados solo el año pasado.