gasteiz - Sostiene que la aparición de la anticoncepción hormonal ha supuesto una gran revolución

-Es que desde que en los años 70 apareció la píldora en España, se ha producido un cambio social tan profundo que es comparable al nacimiento de internet o la aparición del teléfono móvil. ¿Por qué? Porque la mujer ha podido llegar a planificar y gestionar su maternidad y eso le ha equiparado un poco al varón respecto a su proyecto vital ya que le ha permitido introducirse con más facilidad en el mundo laboral.

Y ahora surge otra innovación, la píldora de las cuatro reglas. ¿Es el verano una época más propicia para este método?

-Sí, porque se evita tener la menstruación cuando, por ejemplo, se viaja a lugares con sanidad precaria. Porque hay mujeres a las que la menstruación no les incomoda porque no les duele y tienen sangrados normales. Pero otras tienen periodos muy incómodos con una dismenorrea alta o un volumen de sangrado importante.

Además de un experto en métodos anticonceptivos, es un especialista en reproducción asistida. El servicio que usted dirige ha traído al mundo a miles de niños.

-Sí, en las unidades de reproducción tenemos cada vez más pacientes porque a partir de los cuarenta años, casi siempre hay que ayudar con técnicas de reproducción. En el centro Quirón Donostia, que lleva abierto desde 1993, estamos a punto de conseguir nuestro embarazo 5.000. Así que hemos puesto algún grano que otro de arena a la natalidad en el País Vasco.

Hay madres primerizas muy mayores.

-Los datos epidemiológicos que hay respecto a mujeres mayores de 45 años con embarazos de niños sanos a término, es prácticamente cero. Pero también hay excepciones. De hecho, vino una paciente con 46 años con obesidad mórbida a la que le iban a hacer una reducción de estómago. Se encontraba mal y los cirujanos empezaron a investigar por qué y la mandaron a una revisión ginecológica. La vi yo y me encontré con una gestación de 16 semanas sin que ella ni siquiera supiera que estaba embarazada.

¿Y qué tal?

-Pues le llevamos el embarazo, con amniocentesis negativa y dio a luz una niña perfecta, sanísima y preciosa. Pero esa es una excepción. A partir de los 45 años, el 99% de los embarazos que se consigue son todos con donación de óvulos.

¿Esa es la línea roja de la fertilidad femenina?

-Es que a la mujer a partir de los 30 años empieza a disminuirle la fertilidad. Y a partir de los 35 hay una línea en la que la fertilidad cae en picado. ¿Por qué? Porque la mujer nace con un número limitado de óvulos que va gastando desde que tiene la primera regla. Y como no se producen nuevos, los óvulos envejecen y se vuelven de baja calidad para lograr un embrión viable. Sin embargo, el varón produce nuevos espermatozoides cada tres meses. Y los produce hasta que se muere.

¿En el varón no hay líneas rojas?

-El impacto de la edad en la fertilidad del varón es mucho menor. La línea roja es que la calidad de semen es muy mala respecto a hace 30 años. Eso está testado objetivamente porque la OMS revisa cada diez años esos parámetros. Si ese semen de baja calidad, se enfrenta, además a mujeres de más edad, funciona mucho peor. Además también está comprobado que la calidad del semen disminuye a partir de los 50 años pero el hombre produce células jóvenes. Con técnicas de reproducción asistida hemos llegado a utilizar espermatozoides de un hombre de 60 años.

¿Son leyendas urbanas que influye la ropa ajustada o llevar el móvil en el bolsillo delantero?

-La baja calidad del semen es multifactorial. Pueden afectar desde los tóxicos que se inhalan todos los días o que se ingieren... hasta un estrés mantenido, así como el tabaco, o el alcohol. Pero no son causas absolutas. Por ejemplo, aunque está demostrado que la nicotina es tóxica para la producción de espermatozoides hay millones de fumadores que tienen hijos.

¿Usted recomienda vitrificar los óvulos jóvenes para tener luego los hijos a una edad en que la madre esté más asentada laboral o emocionalmente?

-Es un sistema a disposición de las mujeres jóvenes que no tengan claro su proyecto de maternidad o de pareja. Y es una forma fácil de poder preservar su fertilidad. Porque si obtienes óvulos a los 27 ó 28 años, primero hay muchos y segundo, son de muy buena calidad por lo que al vitrificarlos no pierden potencial. Una chica que no sabe cuando podrá plantearse la maternidad y guarda algunos óvulos con esa edad, si los tiene que usar con 40, su fertilidad será la misma que a los 27.

Ya hay muchos casos.

-Sí. En Estados Unidos ya desde hace años, multinacionales como Google o Facebook están pagando a sus empleadas, si ellas quieren, la vitrificación de óvulos. Y cuesta de media 18.000 dólares pero aquí es muchísimo más barato. Eso en Europa desde el punto de vista social y político no gusta porque parece un negocio que los médicos han montado para preservar la fertilidad.

¿Y no es así?

-Pues no. Lo que ocurre es que los norteamericanos son muy pragmáticos y si hay una herramienta comprobada y fiable la utilizan. Aquí se apuesta por poner las condiciones adecuadas para que las mujeres sean madres cuando quieran. Estoy de acuerdo, pero esa no es la realidad. De hecho, la poca natalidad vasca se explica porque la mujer ha sido pionera en incorporarse al mercado laboral y no le da tiempo a ser madre a una buena edad.

¿Cuál es la edad buena?

-La mujer hoy accede a la maternidad a una edad que no es la adecuada. En el Estado se plantean de media el primer embarazo a los 32 años y aquí sube a los 34. Esa es una edad biológicamente mala. Por eso está subiendo el número de parejas estériles.