L a huelga de examinadores de Tráfico deja víctimas por doquier. Los alumnos son los más afectados por esta situación. Esperan a verano, a tener tiempo libre para poder invertirlo en sacarse el carné de conducir y resulta que el dejar a un lado sus planes de ocio, no les sirve para nada.

Es el caso de Miriam Monreal, que canceló un viaje ya planeado solamente para sacarse el carné de conducir y ahora “ni una cosa ni la otra”. Estudia ingeniería agrónoma en Iruñea y en cuanto acabó los exámenes vino a Bilbao a sacarse cuanto antes el carné. “Me quité de encima el examen teórico en una semana para poder hacer cuanto antes las prácticas y tener a finales de verano el carné”, cuenta. “Ya llevo 11 prácticas y ahora me dicen que como pronto me puedo examinar a finales de agosto, aunque no es seguro”, confiesa. “Luego durante el año no puedo sacarme el carné porque tendría que perderme clases”, lamenta.

También hay quienes trabajan y el no tener asegurada una fecha de examen, les trae varios quebraderos de cabeza. Iñigo Martínez tiene que pedir el día en el trabajo para examinarse del carné de moto y tras años queriendo sacárselo, al final dio el paso, aunque quizás no en el mejor momento. La huelga le ha pasado ya una mala jugada. “Pedí un día libre para examinarme, pero el examen se aplazó. Me lo cambiaron tres veces, y al final, el día que se fijó, no pude ir por motivos laborales. Entiendo que la huelga es su única forma de reclamar lo que les prometieron pero, ¿qué pasa con nosotros?” lamenta. Tras casi un mes esperando, Iñigo ha logrado aprobar las pruebas de maniobra, ya que esta prueba se ejecuta alternativamente. El problema que tiene Iñigo ahora es que para terminar de sacarse el carné, le queda esperar. “Ni siquiera me dan días para el examen de carretera, es realmente frustrante, para saber cuándo podré tener el carné de moto. Siento que hay un alto nivel de desinformación”, se lamenta.

Vanessa Tamas, al finalizar el verano, tendrá que mudarse a Tenerife por motivos de estudio. Aquí ya ha cursado 12 clases practicas pero no podrá acabar el verano con el carné. “Ahora tengo que buscar otra autoescuela y trasladar el expediente cuando ya me había hecho al coche y a los profesores. Ya conocen mis fallos y en qué tengo que mejorar. Ahora al cambiarme de ciudad es como si empezara de cero”, explica. “Ya no hay seguridad, los alumnos no sabemos que va a pasar. A principios de verano la autoescuela estaba llena, ahora ya no se ven tantas caras”, confiesa.

Iñigo, Vanessa y Miriam son tres de los 2.832 casos de exámenes aplazados que hay en Bizkaia. Se quejan y se lamentan, pero no esta en su mano aprobar o no. Pusieron todo su empeño en sacarse las primeras pruebas rápidamente para poder terminar el verano con el carné, pero sus ganas no son suficientes. No son ellos quiénes deciden si su futuro en la carretera está cerca.

La huelga no solo está afectando a los jóvenes, trabajadores a los que urge el carné para acceder a una oferta laboral o que lo necesitan para el día a día. Son situaciones en muchos casos desesperantes, pese a que hacer el examen es un derecho de cada alumno, que previamente ha pagado sus correspondientes tasas a Tráfico y que según se quejan, no son precisamente nada baratas.