IRUÑEA. El encierro ha durado 2 minutos y 17 segundos, rápido, como suele ocurrir tradicionalmente con la ganadería madrileña. Ha comenzado puntual a las 8 de la mañana, con los cabestros saliendo en cabeza desde los corrales de Santo Domingo. Los toros han subido a buen ritmo la cuesta, muy arropados por los cabestros.

En la llegada a la plaza del Ayuntamiento se ha vivido uno de los momentos de peligro, cuando un corredor que había caído al suelo se ha levantado prácticamente frente a la manada, pero ha conseguido evitar ser arrollado.

Después, se han vivido más caídas camino de la curva de Mercaderes y, enfilando la Estafeta, los toros se han ido poniendo en cabeza, dejando atrás a los cabestros.

En el inicio del tramo, los astados han arrollado a varios mozos sucesivamente debido al fuerte ritmo que estaban marcando. La manada se ha ido estirando, quedando el último toro algo descolgado, y los mozos se han esforzado a fondo para poder encontrar un espacio delante de las astas.

A lo largo de la Estafeta se han repetido las escenas de tensión entre los corredores para ponerse en la cara del toro y apartarse a tiempo, antes de ser arrollados por el ritmo de la manada.

En Telefónica, el toro que abría el grupo ha arrollado a un mozo que ha quedado entre los pitones y que no ha podido seguir el ritmo, hasta que finalmente ha caído al suelo. Otro momento similar se ha vivido inmediatamente después, con un corredor que se ha visto atropellado por la carrera y que, aunque ha intentado mantener el equilibrio apoyándose en el pitón del toro, finalmente ha caído también al suelo.

Ya en el coso taurino, con la colaboración de un cabestro que quedaba con el grupo, los astados han entrado a los chiqueros de la plaza sin incidentes.

Los seis toros serán lidiados este miércoles a las 18.30 horas por los diestros Sebastián Castella, Alberto López Simón y Ginés Marín.