Según han informado ambos cuerpos policiales en un comunicado, la víctima era un ciudadano de origen serbocroata y nacionalizado holandés que fue raptado a mediados de junio por varios individuos vestidos con chalecos de policía que le golpearon, drogaron y taparon los ojos para obligarle a entrar en el maletero de un vehículo a punto de pistola.
Después, se pusieron en contacto con su esposa para reclamarle un rescate de 1,5 millones a cambio de liberarlo con vida, y fue cambiado de lugar de cautiverio y trasladado a un punto entre Toledo y Madrid, según pudieron saber los investigadores.
La mujer denunció el 12 de junio el secuestro ante los Mossos y tras las primeras investigaciones pudieron comprobar que se trataba de un grupo criminal experimentado del este de Europa, que cambiaba continuamente de ubicación para dificultar su localización.
Durante el cautiverio, los secuestradores le administraron barbitúricos y benzodiacepinas y le trasladaron primero a una hora de distancia de Lloret, donde permaneció varios días, y tras administrarle más medicamentos hipnóticos, le obligaron a ponerse unas gafas tapadas con cartón y una gorra para dificultar su identificación.
ULTIMÁTUM
Los secuestradores contactaron el 22 de junio con la familia y les dieron un ultimátum contra la vida del rehén, fijando un aparcamiento de un hotel de la autovía A-42 como punto para hacer efectivo el pago del rescate.
Gracias a los seguimientos y las investigaciones, los agentes pudieron localizarle ese mismo día y rescatarle en la localidad toledana de Casarrubios del Monte, en el que se arrestó in situ a cuatro personas.
La víctima, que fue trasladada al hospital de Móstoles semiinconsciente como consecuencia de las drogas que el grupo le había suministrado, presentaba contusiones y heridas en las muñecas de las ataduras.
Un día después de la liberación se realizaron tres entradas y registros en domicilios de los secuestradores, en Paracuellos del Jarama, Casarrubios del Monte y Madrid y en el interior de uno de ellos se localizó y detuvo al miembro de la banda que había huido el día anterior.
GIRONA. Además, se recuperó el coche de la víctima y se intervinieron varios teléfonos móviles --incluidos los empleados para el secuestro--, tres vehículos, sustancias estupefacientes (cocaína, marihuana y hachís), pasamontañas y dispositivos técnicos de vigilancia.
El presunto líder de la banda es un ciudadano rumano que había cursado estudios de medicina en Madrid y realizaba las prácticas en un hospital madrileño, siendo quien proporcionó al empresario medicamentos hipnóticos para facilitar su secuestro.